El Loco de la salina

La que se nos viene encima

Se nos han puesto las orejas como abanicos y nos hemos tragado todo lo que los papeles dicen sobre la cuestión.

Publicado: 03/11/2019 ·
22:09
· Actualizado: 03/11/2019 · 22:09
Autor

Paco Melero

Licenciado en Filología Hispánica y con un punto de locura por la Lengua Latina y su evolución hasta nuestros días.

El Loco de la salina

Tengo una pregunta que a veces me tortura: estoy loco yo o los locos son los demás. Albert Einstein

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Los locos hemos desconectado ya de toda la plebe política que nos tiene hartitos y hemos dirigido nuestra atención a otras cosas que nos tienen más preocupados.

En los tiempos de María Castaña no había sistemas de desagüe en las casas y la gente tenía que ingeniárselas para tirar fuera agua sucia, orines y demás lindezas. Lo suyo era arrojar por ventanas y balcones todo el material, con lo que la calle se ponía de dulce. Pero antes de esa operación, se lanzaba un grito: “Agua va”, que ponía en alerta a todo el que pasaba por allí. El personal se echaba a un lado y la acera se ponía de pringue que era para verla. Pues bien, toda esa historia es una especie de tierno cuento infantil comparada con lo que se nos viene encima.

Entre unos y otros se han propuesto no dejarnos dormir con tranquilidad. Si ya los Telediarios nos ponen los muertos encima de la mesa a la hora de comer, en la prensa del manicomio nos hemos encontrado de golpe con una noticia inquietante: “Habrá graves inundaciones en 2050”. Se nos han puesto las orejas como abanicos y nos hemos tragado todo lo que los papeles dicen sobre la cuestión. Ahora se está imponiendo la moda de acojonar al personal con noticias cada vez más catastróficas y por eso aprovechan la fiebre que ha entrado con Halloween para meterle más sangre al tema. Pues bien, afirman los agoreros que esto se va a poner de agua hecho un asquito. Por lo visto va a subir el nivel del mar y nos va a llegar mucho más arriba del cuello, porque los hielos del Polo Norte (no sabemos si también los del Polo Sur) se están descongelando poquito a poco.

La subida del nivel del mar va a afectar a toda la costa, a Doñana, a Cádiz y por supuesto a La Isla, aunque en Cádiz se han conformado un poco al saber que también Jerez va a inundarse. Los perjudicados serán unos cuantos millones de criaturas, pero menos mal que nosotros tenemos la tapia para subirnos. Si estamos en La Isla, tendremos que elegir entre el campanario de la Iglesia Mayor, los áticos de los bloques de la Casería o los angelitos de arriba del Ayuntamiento. En realidad todo es debido a que nos estamos cargando la atmósfera con tanta contaminación. Al parecer en 2050 habrá una inundación por año y, como no se construyan diques, barreras…, vamos a pasarlas canutas. Los expertos dicen que lo de Noé fueron cuatro gotas comparado con lo que se nos viene encima y que igual que el hielo de un congelador no se descongela de golpe, esto no va a ser de hoy para mañana. Pero ya nos han puesto hirviendo las entrañas.

Total, que aquí han entrado las prisas. Hemos recogido ya todo lo que se puede mojar y al mismo tiempo nos hemos estado haciendo muchas preguntas. La primera es que por qué, cuando Dios hizo al hombre, no pudo prever lo que se traía entre manos. La segunda es por qué estos sabios profetas son capaces de adivinar con precisión todo lo que va a pasar allá por el año 2050 y sin embargo no son capaces de decirnos qué números van a salir esta noche en la Bonoloto. La tercera es si vamos a tener que esperar hasta esa fecha para que sea el agua quien se encargue de quitar de una vez de la vista de los cañaíllas tanto el caballo de Varela como su pertinaz jinete. Entre una cosa y otra estamos apañados. 

 

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