Nos ha dicho el director del manicomio que mañana martes día 7 de mayo ningún loco puede faltar a la charla que va a dar nuestro paisano D. José Revuelta Soba sobre el corazón, organizada naturalmente por la Academia de San Romualdo; que iremos con o sin camisa; que es gratis, con lo que gusta en La Isla todo lo que es gratis; que va a ser a las 7,30 en el Cine Almirante (perdón, en el Centro de Congresos…). Pongo los puntos suspensivos, porque el nombre de este Centro es más largo que Vicente el Largo, aquel gaditano que se durmió de pie por temor a la gran marea que hace su tiempo se anunció en Cádiz. Y digo “charla”, porque “conferencia” suena a ladrillo de gafas seco y plomizo. Los locos sabemos que D. José, que da nombre a la amplia calle que baja frente a la Iglesia del Parque, es muy ameno y no es su costumbre entregarnos al aburrimiento. Entre otras cosas porque no suele hablar de mundos imaginarios, sino que se centra en ese musculito que todos (o casi todos) llevamos en el pecho a mano izquierda, excepto los de Vox que al parecer lo tienen a la derecha.
Se va a titular “Corazón de mujer, corazón de hombre”. D. José no hablará sobre las flechas de Cupido, ni sobre las razones que tiene el corazón que ni siquiera la razón entiende. No. Hablará sobre el corazón físico, ese que de momento nos sigue latiendo hasta que los del Ocaso pongan nuestro nombre en el monitor del tanatorio. Por lo visto va a tocar un tema que a los locos nos tiene en vilo y que a los machistas y a las feministas les quita el sueño. Los defensores de la igualdad dicen que el hombre y la mujer son iguales, pero ¿están seguros? ¿El corazón del hombre, por ejemplo, es distinto al corazón de la mujer? D. José nos lo va a explicar y que Dios reparta suerte. Si esta charla la diera yo, seguramente iban a faltar tomates en la plaza. Pero quien la va a dar no es uno que pasaba por allí, sino un doctor por cuyas manos han pasado miles de corazones palpitando cada uno a su estilo y manera. Así que cada palo aguante su vela. Puede ocurrir que, si dice que el corazón de la mujer es más blandengue o más duro que el del hombre, algunas se mosqueen y pongan el grito en el cielo. También puede suceder que, si dice que el corazón del hombre es un peñasco o un sobao pasiego, los aludidos le pongan cara de pocos amigos y le cojan manía.
Este loco ha consultado la cosa y se ha encontrado con que algunos expertos dicen que la palabra “mujer” viene del latín mulierem, pero que esta a su vez está relacionada con mollis, que en cristiano quiere decir “muelle, blanda”. Pero a mí que me registren; eso es lo que dicen algunos enterados. Por eso los locos nos seguimos preguntando si el corazón de la mujer será más o menos duro que el del hombre, misterio que D. José, que ha tenido tantos corazones entre sus dedos y cuarenta años de experiencia al pie de muchos quirófanos, nos lo puede aclarar. Ya sabemos que los locos tenemos el cerebro más perjudicado que el de los cuerdos, pero a ver si algún día comparamos los corazones. En cualquier caso los locos iremos a la charla. Y que yo no me entere de que usted no va. Pasaremos lista.
Y, por favor, los que no tengan corazón, que no vayan.
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