El Loco de la salina

¿Qué pasa ahí fuera?

En cualquier caso, somos el cachondeo, no de Europa, sino de todo el mapamundi.

Publicado: 19/11/2018 ·
21:20
· Actualizado: 19/11/2018 · 21:22
Autor

Paco Melero

Licenciado en Filología Hispánica y con un punto de locura por la Lengua Latina y su evolución hasta nuestros días.

El Loco de la salina

Tengo una pregunta que a veces me tortura: estoy loco yo o los locos son los demás. Albert Einstein

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Si usted tenía la leve esperanza de que todos los locos estaban encerrados en el manicomio y de que lo que había fuera era gente con un cerebro normalito, abandone esa idea. Aquí van tres perlas cogidas a volapié de lo que se está cociendo fuera de estas cuatro paredes, para que usted mismo se haga una idea.

1.-Fin de la venta de coches. España prohibirá la venta de coches diésel, gasolina, híbridos e incluso de los coches-choque a partir de 2040. Nos van a meter coches eléctricos por un tubo. No es por nada, pero este asunto suena a cachondeo de los buenos. Con decir que el apellido del Secretario de Estado de Medio Ambiente es Morán ya está casi todo dicho. Yo me conformaría con que para esa fecha ya estuviera andando el tranvía en La Isla. Desde luego a mí me dan mucho miedo esos cacharros eléctricos por los calambrazos que te pueden dar, pero el problema gordo de estos coches es que hay que cargarlos cada dos por tres y yo no me veo con fuerzas. Me veo más bien en la carretera buscando un enchufe como un loco. Pero ese problema no se va a dar aquí en Andalucía con la cantidad de enchufes y de enchufados que hay por todos sitios. También dicen que pueden funcionar con pilas de hidrógeno. Si ya mi transistor se come las pilas que es una cosa mala, no me quiero imaginar lo que puede chupar un coche de esos. Espero no verlo.

2.-Incineración de los gordos. En plan fino les llamaban obesos, pero ya les llaman directamente gordos. Por lo visto lo único positivo que tiene un gordo es si te toca en la lotería de Navidad. Sin embargo la Consellería de Valencia ha puesto el listón muy alto. Allí los gordos no podrán ser ni siquiera incinerados, porque dicen que se gasta en ellos mucho combustible y se pone todo tiznado. Ya mismo habrá una manifestación de los flacos para pedir una rebajita de precios, porque algunos aseguran que con una cerilla van despachados. Conozco algunos gordos que, cuando han leído esta noticia, se han acordado de los muertos de la Consellería y de lo mal que deben sentirse esos difuntos valencianos. Porque, entre otras cosas, tendrán que ir a un nicho o a una tumba, con lo incómodas que están resultando últimamente para los entrados en carne.

3.-Cuidadores de gatos. La gente se cree que cuidar un gato es algo que está al alcance de todo el mundo. No señor. Aquí no hay gato encerrado. Tendrá usted que tener su carnet como Dios manda y guardar una serie de normas. No van a pedir un máster, porque ya sabemos de qué va la cosa, pero hay una cuestión que me corroe por dentro. Si a los gatos se les presta una atención tan exquisita, ¿por qué se tiene tanta desconsideración con las hormigas, por ejemplo? No lo entiendo. ¿No son animales de Dios también? Esto tenía que reventar algún día. Se ha mimado tanto a los perros, que los gatos han dicho que hasta aquí hemos llegado. Ahora en plena campaña electoral estoy seguro de que algunos darían la vida por que los gatos votaran.

O sea, para resumir: pobrecito del que sea gordo, que además tenga coche y encima tenga gato (de los que arañan, no del coche). Lo llevan claro. En cualquier caso, somos el cachondeo, no de Europa, sino de todo el mapamundi. Cada mañana me pregunto si muchos de los que están ahí fuera no estarían mejor aquí dentro.

 

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