He leído en la prensa del manicomio que mañana martes a las 7,30 de la tarde, en el Cine Almirante (Centro de Congresos para los cañaíllas despistados), el Doctor José Manuel Revuelta Soba va a dar una conferencia, que promete ser muy interesante, titulada “Vivir con corazón ajeno. Cincuenta años de investigación biomédica”. La organiza, como siempre, la Real Academia de San Romualdo de Ciencias, Letras y Artes. No voy a presentar a Pepe – así le gusta que le llamen -, porque…¿Qué usted no lo conoce? Se nota que lee poco y que pasea menos. Pepe tiene en La Isla hasta una amplia avenida dedicada a su nombre, la que baja frente a la iglesia del Parque y desciende hasta chocar con la que lleva al Mercadona. ¿Comprendido? Tiene tanto prestigio en España y en el extranjero, que los cañaíllas podemos sentirnos orgullosos de tener tan ilustre paisano. Ha bregado tanto por los recovecos del corazón, que es la persona ideal para tenerla al lado, si a uno le da el infarto, que le va a dar seguro si va mucho a ver al Cádiz C.F. Por lo demás, ha publicado tantos artículos y ha operado a tanta gente del corazón, que seguro nos va a contar un montón de historias impresionantes sobre los secretos de ese musculito que llevamos en el pecho a mano izquierda y que es el motor de nuestras vidas.
Los locos ya le hemos dicho al director del manicomio que, si no nos deja ir a la conferencia, nos descolgamos o nos tiramos de cabeza por la ventana. Pepe vive en Santander (dice la canción que en tres meses que llevamos no ha parado de llover) y es verdad que está loco por venir de nuevo a su querida tierra, que es donde prefiere que le lluevan los sentimientos. No pasa un día sin que eche de menos esos fuertes imanes que lo siguen amarrando a su pueblo a pesar de que pasa la mayor parte del año en Cantabria. Muchas veces nos quejamos en La Isla, y con razón, de que se organizan pocas cosas, que esta ciudad está más muerta que viva, que no hay a dónde ir…Bueno, pues mañana tenemos una ocasión de oro para tener a donde ir y de paso ilustrarnos un poquito y pasar un rato ameno, porque Pepe, que es de lo más sencillo que se despacha en personas, huye de los ladrillos y de las conferencias plomo. Además el tema es atractivo. Eso de vivir con el corazón de otro le da altos vuelos a la imaginación. Hay preguntas inquietantes que a los locos nos vuelven ídem y nos ponen como motos. Si nos trasplantan, ¿Cupido abandona las flechas y cambian los amores que hayamos tenido anteriormente? ¿Se nos quedaría la sensación de vivir de prestado y con algo que no es nuestro y que tenemos que devolver? ¿Cuántas clases y tamaños de corazón existen? ¿Se ha encontrado alguna vez con gente que no tenía corazón y que solamente tenía un hueco en el pecho? Todo eso nos lo tiene que aclarar Pepe.
En todo caso, ya nos hemos puesto de acuerdo los locos y nos vamos a repartir por toda la Isla para llevar al Cine Almirante a todos los vecinos, aunque sea arrastrándolos por los pelos. Ya no hay excusas. Por supuesto que pasaremos lista y el que no esté allí puntualmente que se prepare.
Ya solo falta que alguien se dedique a los trasplantes de cerebro y que nos saque de aquí, aunque todavía nos quedan suficientes células grises para agradecer a Pepe de antemano su conferencia. Gracias de corazón (nunca mejor dicho).
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