Los cañaillas, que habitamos estas saladas tierras y que llevamos a gala ser de La Isla, sentimos de corazón una enorme alegría, cuando algún paisano o paisana triunfa fuera de nuestras pequeñas fronteras. Es tu caso, Niña Pastori. Y, aunque La Isla es pequeña, tú la estás haciendo cada vez más grande.
El miércoles te van a dar la Medalla de Andalucía y es como si nos la dieran a nosotros. Yo he cantado bien poco, pero es como si todos los cantes que has entonado a lo largo de tu vida hubieran salido de mi garganta. Yo no he cantado el Ave María delante de Juan Pablo II, ni he saboreado Cai junto a Alejandro Sanz, pero algo me dice que es como si hubiéramos estado juntos en aquellos momentos de musas gaditanas. Aparte del arte que derrochas cuando abres la boca, también nos sentimos orgullosos de ti sobre todo por una simple razón: por tu sencillez. No eres de las que alardean de medallas, ni de las que por donde van no paran de decir que son las número uno, ni de las mediocres que presumen por todos partes de ser grandes artistas.
Esa sencillez, heredada de tu humilde familia, te hace más cercana y más nuestra. No hay más que mantener un ratito de conversación con tu madre, Pastora de La Isla, para descubrir la fuente de donde viene tu agua y comprobar que de tal palo tal astilla. Me cuenta Pepe Oneto, Presidente de nuestra Cofradía Gastronómica “Los Esteros”, que no se olvida de cuando él se encargó en la Tertulia Flamenca de La Isla de la celebración de tu primera comunión, tan austera como divertida. Y no puedo pasar por alto la categoría de tu padre y el apoyo incondicional que siempre encontraste en “el Joaqui”.
Naciste con la Constitución, nuevos tiempos y también el germen de una nueva forma de ver el cante; y para colmo un día 15, la niña bonita, de enero. Eres Capricornio, como este loco, y esta semana los astros nos reservan muchas bendiciones, porque los pronósticos son fabulosos para los que llevamos en el alma ese signo del Zodíaco. Desde los 8 años seguiste los pasos de tu madre y tu nombre dejó la Rosa para convertirse en Pastori, reflejo de nuestro querido y popular barrio de La Pastora. No voy a mencionar aquí toda tu producción, que es muchísima, ni todos los triunfos que has ido acumulando desde aquellos 8 años, porque estas líneas quieren ser un sencillo homenaje a tu persona. Si lo prefieres, son líneas sinceras escritas desde la azotea para explicarte, porque tú lo pides, qué se ve desde allí, desde la azotea que en la próxima primavera alegrará los oídos de los que te queremos. Y desde las blancas alturas, entre las almenas que las coronan, se ve a una mujer alegre y dicharachera, que además de presumir de cañaílla lleva mucho arte en las venas.
Por todo ello, este loco, que da muchas vueltas por los pasillos del manicomio con los auriculares puestos y atento a todo lo que se canta, siente un profundo orgullo, cuando el nombre de La Isla, que siempre llevas en los labios, suena en cualquier rincón del planeta. Sé que te ha encantado el que Andalucía te dé esa Medalla. Pero es que hasta los locos, con la falta de luces que se nos supone, sabemos que hace tiempo ya te la habías merecido sobradamente. No te digo más. Que sigas triunfando como hasta ahora y que continúes encandilando a una juventud que te sigue fervorosa por los innovadores caminos del cante.
Un abrazo de este loco desde el fondo de una Isla agradecida.
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