El Loco de la salina

Los gatos con botas

Nunca comprenderé que a mí me hayan metido en este manicomio y que tanta gente siga fuera como si nada.

Tantas miles de atenciones se han tenido y se tienen con los perros en La Isla, que alguien tenía que explotar de envidia. Cádiz, que se subía por las paredes y se moría de celos, ha puesto toda su atención en los gatos y ha pasado directamente a la ofensiva. No me refiero a los gatos que llevan los coches, sino a los que arañan cuando pueden. Parten de la base de que el gato, típico animal de compañía, no puede andar por ahí sin botas por los bloques pasando frío y sobre todo hambre.

Lo de las personas, que también tiene su importancia, lo llevan otros. Pero las cosas o se hacen bien o no se hacen. Cualquiera no puede dar de comer a un gato; hasta ahí podíamos llegar. Hay que sacarse un carné especial de alimentador de gatos. El Ayuntamiento, que no debe tener otra cosa de qué ocuparse, va a seleccionar a 40 personas que, si quieren ejercer de camareros gatunos, tendrán que seguir unas normas inflexibles.

Los aspirantes deberán cumplir unos requisitos básicos: ser mayor de edad, estar empadronado en Cádiz y no haber sido sancionado por infracción administrativa a la normativa sobre protección y tenencia de animales. El carné tendrá una vigencia de dos años y, si el susodicho no cumple bien su función, pierde directamente el carné, lo cual no lo veo bien, porque creo que debería perder los correspondientes puntos como en Tráfico.

La Delegación de Salud, que tampoco debe tener otra cosa de qué ocuparse, será la encargada de comprobar si se cumplen esos requisitos. Y además estudiará a fondo la situación de las colonias de gatos existentes en la ciudad, intentando compaginar lo de la colonia con la peste que dicen que echan los gatos. Escogidos los alimentadores y preparada la colonia, queda por saber qué manjares se les va a dar de comer.

Al parecer tiene que ser pienso (luego existo) preparado expresamente para que nuestros gatos se críen sanos y fuertes. ¿Se dan cuenta (cuén de Chiquito) de cómo una ciudad moderna, progresista y volcada hacia el futuro no tiene más remedio que ocuparse de estas cosas? Y por si faltaba poco, el gato tiene una cualidad que está de moda: es muy independiente, como Puigdelmonte, aunque en cualquier momento de un arañazo te puede dejar la cara como la bandera de este  fugitivo. Ya se sabe que algunos vecinos están del tema que trinan, más que nada por el olor que desprenden los felinos. De algo hay que quejarse. 

En todo caso, no puedo entender que tengamos tantos detalles con los perros y con los gatos y sin embargo nos volvamos locos liándonos a golpes con las avispas. Pero, según me han dicho, La Isla va a contraatacar. Ya está dirigiendo su mirada a los conejos, animal dócil donde los haya y que no tienen por qué sentirse relegados al olvido por parte de los humanos, cuando el conejo es un animal doméstico muy común y sufrido donde los haya.

Todo ello sin entrar en otras indudables cualidades de estos resbaladizos animales tan amantes de la zanahoria. Cádiz se va a enterar de cómo los cañaíllas somos capaces de competir en progresismo y en animalismo.

Nunca comprenderé que a mí me hayan metido en este manicomio y que tanta gente siga fuera como si nada.

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