El Jueves

San Pelayo: un oasis

Como la cosa se repite y parece que siempre es igual, pues sigue siendo motivo de opinión para este humilde junta letras...

Sí, quizás ya lo he dicho en algunas ocasiones pero como la cosa se repite y parece que siempre es igual, pues sigue siendo motivo de opinión para este humilde junta letras. Resulta que uno abre los periódicos por la mañana y se hastía de tanto como nos cuenta la actualidad. Desde el macrojuicio que comienza sobre la gran estafa que fueron los ERES en Andalucía, hasta la cantidad de sucesos violentos. Por poner un botón de muestra, acaecido en estos últimos días, la brutal agresión que ha causado la muerte a una persona por llevar unos tirantes con la bandera de España. Y así, con otros temas, que si bien se apartan de la violencia, al que suscribe le sigue produciendo mucha pereza encontrarlos todos los días. Sobre ellos las andanzas de los independentistas catalanes (los que andan justamente presos y los que siguen haciendo de las suyas en la libertad que no merece) y la campaña (o precampaña, llámenla como quieran) electoral. Para colmo de males, las amenazas de huelga para estas fechas de los operarios de algún que otro aeropuerto o la siempre presente financiación autonómica.

Aunque hay días, y ayer fue uno de ellos, en los que uno encuentra noticias agradables que vienen a ser como un oasis en la vorágine informativa que nos sepulta a diario. Y en esta ocasión uno no puede dejar de sonreír y alegrarse cuando descubre, perdida entre el papel de los periódicos, la noticia de la apertura del nacimiento (así me gusta llamarlo) que los niños del Colegio de Educación Especial San Pelayo de Sevilla han vuelto, por un año más, a instalar en el centro comercial Los Arcos. Sí señor (y repito): un oasis en el árido desierto de las malas noticias.

Sirvan estas líneas como mi sencilla provocación para que ustedes acudan de visita al mismo. Aunque les aseguro que este nacimiento han de verlo con otros ojos. Con los ojos de la inocencia de los niños que desde hace años lo vienen realizando. Porque para los niños y niñas del Colegio San Pelayo y por supuesto para los mayores implicados en el mismo, el montaje del mismo supone un colosal esfuerzo con una enorme dosis de ternura: todas, absolutamente todas las más de 300 figuras que lo conforman, han sido realizadas a mano por estos niños de entre 16 y 21 años, que se encuentran escolarizados en los programas de transición a la vida adulta y laboral.

No lo duden: en Los Arcos tienen el nacimiento que no pueden dejar de visitar. Y descubran, además, donde se esconden los seis gatos. Un reto visual que estos chicos y chicas les proponen. Disfruten del mismo.

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