El Jueves

¿Se va de las manos?

No tenemos una bola de cristal para ver qué nos va a deparar el futuro, ya sea inmediato o a corto y largo plazo...

No tenemos una bola de cristal para ver qué nos va a deparar el futuro, ya sea inmediato o a corto y largo plazo. No somos adivinos, ni tan siquiera lo son los que manejan los hilos. Sí, esos que gozan de toda la información disponible e imprescindible para poder aventurarse a vaticinar lo que se nos puede venir encima. Se realizan cálculos, previsiones, incluso augurios me atrevería a llamarlos, pero todo siempre guarda un alto porcentaje de error… o de duda si prefieren llamarlo así.

Cuanto más información tenemos sobre un asunto es más fácil prever lo que puede (o no puede) pasar en el futuro. Los datos ayudan a las conjeturas y las previsiones. Las acciones que se acometen en el pasado sobre cualquier asunto colaboran de alguna forma para conocer previsibles acciones o actuaciones posteriores. Pero todo es tan difícil e imprevisible que nada ni nadie puede asegurar, a ciencia cierto, un resultado final.

Cada día recibimos una gran cantidad de información sobre el asunto de la posible independencia de Cataluña. Los informativos en la televisión y la radio, las páginas de los periódicos y los sitios de internet se encuentran saturados de datos, posturas oficiales, extraoficiales y oficialistas; previsiones futuristas; amenazas veladas por parte de unos y de otros… todo para crear un caldo de cultivo que a ciencia cierta aún no sabemos ni qué color ni que sabor va a tener. Al menos los españolitos de pie como usted y como yo. También tenemos nuestras propias conjeturas y resultados (más o menos positivos/negativos) que cargan con su normal índice de error.

Lo que está pasando en Cataluña es muy grave. Tan grave como que algunos lo han calificado (con una gran dosis de razón) como un golpe al/de Estado, encubierto en un Parlamento completamente dividido. O lo que es lo mismo, con una sociedad dividida. Y los responsables de esto, que casi nadie duda que son los gobernantes catalanes, siguen adelante con su proyecto. Realmente lo que a mí me preocupa es esa división o fragmentación de una sociedad como la catalana. Puede llegar el momento que alguien (persona o colectivo) pierda la poca compostura que está quedando y “tire por la calle de en medio”. Y entonces es cuando tiene poco remedio lo que bien o mal se haya hecho.

Sí, existe preocupación en muchos sectores. Lo vendo detectando. No sabemos bien cómo acabará todo esto. Quiénes serán los heridos leves, graves o incluso cadáveres (metafóricamente hablando) que se queden en el camino.

Vuelvo al principio: ¿se va de las manos?

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