Veinte años atrás

Publicado: 14/07/2017
¿Qué hacías tú cuando ETA asesinó a Miguel Ángel Blanco? Cuando un impacto de este tipo conmociona a la sociedad civil es fácil recordar qué estabas haciendo
"No siempre podemos elegir la música que la vida nos toca, pero podemos decidir cómo la bailamos".

¿Qué hacías tú cuando ETA asesinó a Miguel Ángel Blanco? Cuando un impacto de este tipo conmociona a la sociedad civil es fácil recordar qué estabas haciendo en ese momento, de hecho lo es también con aquél otro fatídico cuando dos aviones se estrellaron contra las torres gemelas. ¿Qué hacías tú cuando el 11S? De lo de Blanco han pasado veinte años y veinte años no parecen mucho pero lo son todo cuando uno mira a un chico de esa edad y se da cuenta de que es toda una vida, la misma que perdió aquel de cara inocente y que hoy nos transporta a veinte años atrás y, en el caso de quien teclea, a una redacción en Cádiz en pleno julio para montar unas páginas especiales sobre el fatal hecho; indignación, rabia y dolor. También la siembra de la semilla de una certeza posterior sobre que aquellas dos balas transportadas al cerebro del joven asesinado también eran munición contra la banda terrorista, que desde entonces no cesó su desangre hasta llegar a lo de hoy y es el oscuro recuerdo de unos años negros y tristes. En las librerías de este verano destaca Patria, de Fernando Aramburu, relato de dos familias vascas separadas por el fanatismo político y por la cruenta guerra social en suelo vasco, muy recomendable para estas tardes de verano donde uno, además, repasa. Repasa cosas. Este año que termina o estos veinte que pasaron como un suspiro y no sabes si el resultado visto hoy se ajusta a aquello previsto que partió una tarde de hace dos décadas cuando Miguel Ángel Blanco entregó su vida para cambiarla por la de esos otros que este verano, por ejemplo, no morirán.

¿Dónde estabas tú? Una certeza es que la política se ha consolidado como un oficio, de hecho para algunos tan rentable como para lograr vivir de él tras veinte años o más. Otros no han conseguido tener esa habilidad o no han tenido la suerte necesaria, dejándose arrastrar por la crisis y por las consecuencias electorales de ésta o, lo que es peor, por la judicialización de la vida pública, que en este tiempo nos ha llevado a un cambio radical por cuanto hoy los jueces, interventores y técnicos destacados son las piezas fundamentales que mueven los engranajes públicos mientras que entonces bastaba de un político con determinación y no de los miles de informes que hoy exige la administración más lenta de la historia. Aquello tuvo sus consecuencias, quién sabe las que tendrá lo de ahora.

La semana de en medio de julio de 1997 se producían tanto las primeras comparecencias públicas tras la liberación de Ortega Lara tras 232 días de secuestro y Cosme Delclaux como el anunciado secuestro de Blanco y su posterior asesinato con una repulsa general. En la foto a las puertas de la Diputación de Cádiz como concentración por el hecho aparecen  Rafael Román, presidente de la casa rosa por aquellos días, acompañado de Teófila Martínez, alcaldesa de Cádiz, Miguel Osuna, Hernández Mancha, Carlos Dorante, Fernando Santiago, Fermín del Moral y el unos años más tarde fallecido Alfonso Perales, que esa misma semana no sería reelegido como secretario general de los socialistas gaditanos al entrar a formar parte de la ejecutiva federal. En el PSOE de Cádiz de entonces solo mandaban hombres, ni una mujer asomaba por los órganos de dirección; de hecho, Vázquez Cañas era elegido con el 81 por ciento de apoyos el doce de julio, el mismo día de la muerte de Blanco, en un partido mandatado por Román, Pizarro, Cabaña y Perales, que no daban tregua a otros que intentaban asomar a la dirección provincial como el entonces alcalde de Chiclana, Jiménez Barrios, hoy vicepresidente del gobierno de Susana Díaz, que ese año fue elegida secretaria de organización de Juventudes y dos años más tarde sería incluida en la lista del PSOE al ayuntamiento de Sevilla. En la foto política de entonces también aparecía Antonio Sanz, presidente del PP de Cádiz, uno de los dos cargos que mantiene a día de hoy y que representa a la perfección lo que es el oficio de político al conseguir mantenerse en él durante décadas sin haber encabezado jamás una candidatura. En la pista de circo es habitual ver a artistas, pero qué duda cabe que en política son también reconocibles.

Chaves, presidente de la Junta, gobernaba junto al PA de Antonio Ortega, que entonces manejaba las consejerías de Turismo y Relaciones Institucionales, donde se integraba un joven Antonio Jesús Ruiz, hoy al rescate del andalucismo a través de AXSI; sin saber lo que más tarde vendría, el presidente andaluz anunciaba esa semana que "más de medio millón de andaluces habían recibido cursos de formación", motivo de controversia política y judicial múltiple por tanta irregularidad cometida tanto en las concesiones como en la ejecución de los mimos. El delgado del Gobierno andaluz en Cádiz era Francisco Menacho, otro político que a su jubilación debe dar un curso pormenorizado de cómo sobrevivir a todo tipo de vientos manteniéndose de perfil ante cualquier vendaval -parece que ya sabe que no saldrá tras la próxima ejecutiva a celebrar a principios de octubre. Y hasta él lo entiende...-

Pedro Pacheco, alcalde de Jerez, anunciaba esa semana la segunda fase de la peatonalización del centro y lo hacía junto a su delegado de Urbanismo, Pepe López, con quien no cruza palabra tras haber dado ambos con sus huesos en presidio; Salvador Pineda al frente de UAGA criticaba a Asaja y en la foto de prensa aparece junto a un joven Juan Carlos Camas, hoy cómodamente ubicado al frente de la Real Escuela. Una joven Pelayo aparecía junto a Sanz, Bernardo Villar y Aurelio en reuniones del PP de Jerez, cuyo portavoz era Miguel Arias, más tarde ministro. Como de Trabajo era Javier Arenas o de Administraciones Públicas Mariano Rajoy, o secretario de Estado de Economía un joven Montoro. Llama la atención que el secretario general del PSOE de entonces, Joaquín Almunia, admitiera públicamente ante el entonces presidente de la Generalitad Jordi Pujol "los problemas de financiación de Cataluña". De aquellas aguas, todos estos lodos.

El entonces alcalde Sanlúcar, Agustín Cuevas, más tarde finiquitado por el caso Sanlúcar, proponía un consejo para la manzanilla y Barbadillo anunciaba su salida de Fedejer por sentirse "traicionado"; otros alcaldes gaditanos de ese julio eran Hernán Díaz en El Puerto o Felipe Benítez en Rota, e IU proponía a Barroso en Puerto Real, mientras que La Isla lucía los años dorados del PA de Manolo Prado con Antonio Moreno como alcalde. Hay más, mucho más, pero el relato refleja la situación política de la provincia de Cádiz, Andalucía y España la semana que mataron a Miguel Ángel Blanco y permite comparar situaciones y personas veinte años después. Muchos actores han logrado mantenerse en escena, otras cosas han cambiado porque de hecho aquellos días Teófila Martínez lograba adjudicar suelo de Astilleros para El Corte Inglés y hoy cuando cruzas y bajas el puente lustroso nuevo aprecias que veinte años dan para mucho cambio, en algunos casos, para casi ninguno en otros.

Silvio Rodríguez editó Al final de este viaje en 1978. Si tuviera que elegir un disco para estas dos décadas sería éste. Canción del elegido, Ojalá, Óleo de mujer..., La era está pariendo, todo él a guitarra y voz para bailarlo como siempre lo hago cuando lo escucho y es como aconseja Sabina cuando canta que bailar es soñar con los pies.

Bomarzo

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