La comparsa rondeña se presentó en el Gran Teatro Falla después de su segundo pase a Cuartos de Final de manera consecutiva. Con la convicción y la tranquilidad que producen las cosas bien hechas entonaron una bella presentación.
El primer pasodoble criticó el fascismo instaurado en España y cargó contra algunas de las instituciones oficiales del país. El segundo, también crítico, fue para aquellos hijos y nietos que abandonan a sus madres y abuelas y, de paso, pidieron perdón a las suyas si alguna vez las fallaron.
Los cuplés, que no tuvieron demasiado éxito, fueron de corte picantón, el primero, y para su propia infancia el segundo. El popurrí acabaría cerrando una actuación mediocre.
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