La afinación de este grupo este año es exquisita. El primer pasodoble parece narrar lo que es un amor imposible de un hombre mayor con una joven que aún va al colegio, aunque en un giro final descubrimos que hablan de una relación de un abuelo y una nieta. Bien desarrollado.
“No es la culpa de Vox ni de quien los votó”. Así comenzaba una segunda letra crítica con la izquierda, a quien culpa “por tener que soportar a un gobierno de fachas para reemplazar a otro de rateros” que acabó “vendiendo a los obreros”. Cuplés de comparsa.
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