Cuando la involución no es sinónimo de decadencia, sino más bien de todo lo contrario, es lo que demuestra la comparsa de Jesús Bienvenido con soltura. El mundo de los simios retorna de la mano de éste con su puesta en escena y con su repertorio completísimo.
La “mágica ciudad”, la que sirve para motivar y para encontrar las mejores motivaciones y escribir la prosa de un grupo que se identifica y que se siente cómodo, mostrando su mejor versión.
En la segunda letra, y al más puro estilo de la casa, enerva al socialismo de medio pelo. Ajustado al tipo, la comparsa desata pasiones con un despliegue brutal.
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