Necesitamos un Gobierno de la nación para poder llevar a cabo las propuestas que los partidos han ofrecido al pueblo español y sobre todo para evitar una nueva crisis como ya se viene anunciando en todos los foros económicos y financieros de toda Europa.
De acuerdo con el artículo 99 de la Constitución española, el candidato a la Presidencia del Gobierno fue propuesto en la persona del Rey a Pedro Sánchez y éste expondrá al Congreso de los Diputados su programa político solicitando la confianza de la Cámara, debiendo obtener la mayoría absoluta, en la primera votación, y la mayoría simple en la segunda.
Hasta aquí todo correcto, pero si el presidente en funciones no llega a un acuerdo con el resto de partidos políticos, de nada valdrá el artículo 99 porque en este caso habrá que convocar nuevas elecciones.
Por tanto, lo que tienen que hacer sus señorías es modificar de forma que el partido más votado tenga una prima de 50 diputados para alcanzar esa mayoría exigida, como en días pasados ha pasado en Grecia ya en nuestra Constitución permite que el Congreso pueda tener entre 350 y 340 diputados.
La responsabilidad sin duda de formar Gobierno la tiene ése que plagia tan hábilmente la tesis doctoral pero también sin duda es necesario que Podemos, Ciudadanos y Partido Popular tenga voluntad de querer formarlo.
Podemos no apoyará a Pedro Sánchez si Pablo Iglesias no es el segundo de abordo y además no coloca a dos o tres de colegas en la mesa del Consejo de Ministros, aunque se ha filtrado la noticia de que después del 28 de abril, el presidente en funciones le ofreció la Presidencia del Gobierno y dos ministerios birriosos, aquellos que en la época de Franco se llamaba ministros sin cartera, naturalmente el coleta lo rechazó.
Albert Rivera, al que por cierto le deseo sea dado de alta de su hospitalización tras la gastroenteritis sufrida, debería formalizar un Gobierno de coalición con Pedro Sánchez pero su soberbia le ha llevado al ‘no es no’, una soberbia que le ha indigestado y que pienso es la causante de su ingreso clínico.
Pablo Casado y su equipo también tendrían que pensárselo mejor y pasar de su negativa a la abstención como le han pedido por carta los 66 diputados socialistas que se abstuvieron en la investidura de Rajoy.
La semana pasada escribí que mientras no tengamos Gobierno los diputados deberían cobrar el 30% de los sueldos y me arrepiento de ello, porque lo realmente es que no percibieran ni un solo céntimo. Ya lo dijo Voltaire, “cuando se trata de dinero, todos son de la misma religión”.
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es
