Siempre escribo mis artículos los miércoles de forma que puedan leerlo hoy, así pues no sé si a estas alturas habrá habido dimisiones en el ámbito político a nivel europeo y local. Me estoy refiriendo a la primera ministra británica Theresa May y a nuestro alcalde David de la Encina.
La primera está dispuesta a dimitir si el Parlamento acepta las propuestas acordadas con Bruselas respecto al Brexit y el segundo como consecuencia de lo publicado por el periódico ABC el pasado martes en el que se explica con todo lujo de detalles la imprudencia cometida por el entonces concejal al escribir una carta a la jefa de la Fundación Andalucía Emprende en la que él trabajaba pidiéndole que lo mantuviese en nómina durante unos meses sin acudir a su puesto de trabajo para poder dedicarse a la campaña en las elecciones de 2015 en la que se presentaba su candidatura a la Alcaldía.
El político a ser muy astuto y desconfiado porque al igual que al cirujano, los errores son mortales. Se dejó llevar por los consejos de quién entonces era consejero de Presidencia en la Junta de Susana Díaz, el señor Jiménez Barrios y las consecuencias no se han hecho esperar y el Partido Popular e Izquierda Unida, su aliado, piden su dimisión.
Y en vez de escribir lo hubiera expresado verbalmente, nada de esto hubiera ocurrido porque estoy convencido que serán cantidad de enchufados los que están gozando de este privilegio que nuestro alcalde inocentemente pidió cometiendo la torpeza de pedirlo por escrito.
Cuando llegan las elecciones todos los partidos andan nerviosos pensando día y noche cómo conseguir un puesto que los mantenga al menos durante cuatro años y para ello inundan de promesas a la ciudadanía que en un casi 90% de ellas no se cumplen.
Tenemos por delante dos meses en los que nos vamos a jartar, aunque en las elecciones que realmente estoy interesado son las de mi pueblo y prometo de la semana que viene escribir sobre ellas.
Han empezado las presentaciones de los equipos participantes con sus grandes jugadores locales y hasta extranjeros, según se pudo oír la pasada semana con Beckenbauer de la Bahía. Y es que el del dedo índice escayolado, el presidente provincial pepero, Antonio Sanz también tiene sentido del humor.
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