El Dedo

Tiempo de flores y de urnas

Los partidos políticos en su funcionamiento interno no son el mejor ejemplo democrático para la ciudadanía

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  • Urnas. -

A las 23 horas del pasado miércoles ha empezado la primavera. El campo verdea, las flores lucen sus mejores galas, se celebran las ferias, vuelven las corridas de toros, los cofrades se preparan de cara a la Semana Santa y el pueblo soportando los dardos envenenados que este año nos lanzan los partidos políticos en forma de mensajes, mítines e imágenes a través de la televisión, la radio y los móviles que nos amargan la existencia sin dejarnos disfrutar de la estación más bella del año.

Y todo ello por culpa de las urnas que esperan impaciente los votos que les permitirán vivir a muchos durante cuatro años gracias a las promesas que nunca cumplirán.

Dos fechas para el recuerdo, el 28 de abril y el 26 de mayo, en plena primavera, donde algunos capullos mostrarán sus pétalos cargados de ideas multicolores, pero así es la Democracia, ese sistema político que nos hemos dado en la que el pueblo es el depositario de la soberanía y que la ejerce a través de sus representantes elegidos por sufragio universal, aunque personalmente lo dudo, porque una cosa es la Democracia formal y otra muy distinta la Democracia real. Reducido en la política a ir a votar cada cuatro años aproximadamente.

No cabe duda de que la Democracia es el mejor de los sistemas políticos pero en muchas ocasiones es una muñeca rota por la codicia de unos pocos en el que el Poder Económico decide ganándole terreno al Poder Político.

Los partidos políticos en su funcionamiento interno no son el mejor ejemplo democrático para la ciudadanía, pasando olímpicamente en ciertos eventos electorales de sus afiliados con el nombramiento a dedo como en tiempos pasados.

Este comicamino no conduce a nada bueno, la clase política está pasando factura su desprestigio que se ve incrementado en los últimos tiempos por la corrupción y da la sensación de que el gran capital tiene cogido por sus partes más noble de los gobiernos de turno.

Decía Tierno Galván que el poder es como un explosivo que o se maneja con cuidado o estalla. A pesar de todo recomiendo ir a votar, rebosantes de alegría por encontrarnos como he dicho antes en la estación más bella del año. 

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