Esa carrera veloz del tiempo alado le ha dado alcance al presidente del Gobierno y mientras él volaba por otros continentes, sus ministros se enterraban para no oír las grabaciones del comisario Villarejo que revelan la complicidad y el contubernio con el exjuez Baltasar Garzón y la ministra de Justicia.
El doctor Sánchez (aunque no sé si podrá seguir luciendo el título en su tarjeta de visita puesto que la Fiscalía está investigando su tesis por si hubo plagio) junto a sus ministros parece que fueran sus protagonistas de la novela de Agatha Christie titulada ‘Diez negritos’, donde uno a uno van desapareciendo los invitados al banquete de la mesa del Gobierno con las copas envenenadas para el brindis del fracaso final.
El de apellido nobiliario con cara de niño bueno ha aterrizado tras su viaje espacial por la galaxia política, donde los guardianes del erario lo han pillado extrayendo parte del tesoro de las arcas públicas. Así pues, señor Duque, llévese su título de ministro y cuélguelo en su casa como recuerdo de un corto paseo por los pasillos del Parlamento, donde solo los honrados pueden ocupar los escaños.
Otra de las invitadas, la ministra de Justicia, la mentirosa, la Lola, la que como consecuencia de la inhabilitación del exjuez Garzón para cargo público desempeña oficialmente el puesto de fiscal o fiscala, no sé exactamente como se dice, pero lo que sí es sabido según Villarejo es que la Lola ha llegado al extremo de aplaudir la extorsión a empresarios del comisario mediante la creación de una red de prostitución para obtener “información vaginal”.
Toda una garantía de éxito que todavía la ministra de Justicia sin ningún tipo de censura ni de pudor alienta y anima al sinvergüenza del que se vale junto al exjuez Garzón para que le quite de en medio a los agentes que le molestan.
Una actitud totalmente deleznable por la que se merece ser expulsada de la carrera fiscal, al igual que lo fue su inseparable amigo. Ambos ministros deberán presentar su dimisión o ser dimitidos y el presidente del Gobierno convocar elecciones generales cuanto antes mejor.
Los españoles no nos merecemos tanto desengaño y frustración.
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