Tras las vacaciones, de nuevo al trabajo, es la rutina que cada año se repite como eco del anterior, con una diferencia bien diferenciada y es que, al encontrarnos con los compañeros, nos vamos a narrar las aventuras acaecidas durante nuestro merecido descanso. En esta ocasión hablaremos de la exhumación de los restos de Franco, que ha sido el tema que el Gobierno nos ha puesto encima de la mesa para desayunar, comer y cenar, obviando los grandes problemas como son el paro, la subida de la luz, la arrogancia del Torra -ese indeseable catalán que tiene cogido por los cataplines al presidente Sánchez-, de la bajada del turismo y un largo etcétera que está sacudiendo a España.
Así pues, dejemos en paz a los muertos a no ser que piensen desenterrar a los más de 6.000 fusilados en Paracuellos por orden expresa de Carrillo, según cuentan las crónicas de entonces. La historia y la memoria van de la mano.
Pero cambiemos de tercio y afrontemos los nuevos temas que se nos presentan estos días. Ya ha empezado la cuenta atrás en el juicio de los EREs que se está celebrando en la Audiencia de Sevilla contra 22 ex altos cargos del Gobierno andaluz, entre ellos los ex presidentes Chaves y Griñán, la ex ministra y ex consejera Magdalena Álvarez y los consejeros Gaspar Zarrías, José Antonio Viera, Carmen Martínez Aguayo, Francisco Vallejo y Antonio Fernández, acusados de prevaricación y malversación.
La flor y nata de la Junta de Andalucía que repartieron 850 millones de euros en ayudas socio-laborales sin control y de forma opaca, beneficiando a familiares y amigos, que con sus votos los mantenía en el cargo. Otro tema, y que se hablará mucho, será los vaivenes de Pedro Sánchez respecto a la subida de impuestos a la banca o al diésel, sí o no, ¿en qué quedamos? Hay que ser más serio, señor presidente.
Y en cuanto a los Presupuestos Generales del Estado, para ser aprobados necesita usted de esos socios independentistas, golpistas y populistas cuya exigencia ya conocemos. Por tanto, solo le queda tomar una decisión que no es otra que convocar elecciones generales antes de que lleguen las municipales. Estoy convencido de que el próximo mes de marzo ocurrirá el evento proporcionando una primavera florida con la salida de muchos capullos.
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