Se me antoja un otoño calentito. Conoceremos el desenlace de los EREs, el adelanto de las elecciones andaluzas, el chantaje del PDCAT a Pedro Sánchez que puede obligarle a convocar elecciones generales, la solución al tan traído y llevado máster de Cifuentes, y se despejarán las dudas de la carrera de Pablo Casado al no haber materia civil y penal.
El Partido Socialista está nervioso porque no sabe qué va a suceder con los 26 imputados, altos cargos de la Junta incluidos dos presidentes, que pueden ser condenados.
Veremos cuál va a ser la reacción del presidente del Gobierno, ése que ha asaltado la Moncloa con la ayuda de los independentistas y que ya le están pasando factura. Están inquietos al comprobar que el partido mayoritario de la Cámara, el PP, ha nombrado presidente con holgada mayoría a Pablo Casado, elogiado por la prensa de izquierda, aquella que fuera social-demócrata y ahora populista, asegurando que con este nombramiento el Partido Popular ha dado en el clavo… y cuando el enemigo habla bien de ti, tienes que pensar que algo estás haciendo mal; por contra, si te ponen a parir, es que vas por el buen camino.
Y es que Pablo Casado les provoca pánico como quedó demostrado cuando hace unos meses intentaron colarle un marrón con lo del máster, siendo un don nadie que trataba de situarse dentro de la estructura militarizada del PP, simplemente un vice secretario de comunicación en cuyo trasero terminaban todas las patadas dirigidas a los corruptos de su partido.
Podemos y Ciudadanos también están intranquilos porque saben que tienen en frente a un dirigente joven, con buena oratoria, leal, humilde y honrado, capaz de cortarse la mano antes de meterla en la caja y, como ya dije la semana pasada, dispuesto a ocupar el centro-derecha y convertirse en el partido liberal-conservador de otros mejores tiempos.
La prensa vieja, obsoleta y falta de sentido político, lo quiere encajar en la derechona y todo porque, en poco más de 20 días ha formulado más propuestas ideológicas que el PP marianista en siete años, incluso lo han tachado de franquista porque sostiene que no hay que gastar un solo euro público en desenterrar a Franco, lo mismo que dijeron Felipe y Zapatero.
Y digo yo, muy franquista y muy derechona no puede ser una persona cuyo abuelo fue condenado a 30 años de cárcel por militar en la UGT. Y es que algunos tienen menos luces que un barco pirata. Ya digo, un otoño calentito.
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