El Dedo

Despejar dudas

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Faltan solo catorce meses para acudir a las urnas a votar a los ediles que formarán la nueva corporación municipal. Los partidos políticos en nuestra ciudad proliferan como las amapolas en medio de los trigales, a sabiendas de que cuando llegue la siega van a ser deshojados como los granos de trigo de las espigas. Hay que reconocerles el valor de querer hacer algo en favor de su pueblo, pero creo que sería más efectivo solidarizarse con otros que ya tienen experiencia intentando corregir sus programas y no hacer como el perro del hortelano.

El hombre por naturaleza es ególatra, pero el político además se lo cree, lo que sin duda representa un grave error que no se corrige afuera de la nebulosa que lo envuelve. Tengo la impresión de que muchos solo van a ser votados por sus familiares, amigos y algún que otro despistado para pescar en el río de los descontentos.

Todos tienen una gran ilusión pensando que ocuparán un asiento en la grada o en el sillón de la Alcaldía, aunque estos últimos deben saber que no siempre aguantan el puesto hasta las elecciones, por propia decisión o por decisión del partido, aunque me gustaría saber si tendrían la misma ilusión si el asiento o el sillón incluyera un sobre con la paga. Esta semana conoceremos a los alcaldables y se disiparán las dudas, aunque repito que en algunos casos no llegarán a feliz término.

Ya sabemos que Raúl Capdevila ha sido ha sido descartado del Partido Popular y que ocupará su lugar German Beardo, de momento. Silvia Gómez dice que abandona, cuando sería un buen momento para conmemorar los 25 años que lleva ejerciendo la política. El Puerto no es Roma para hablar de patricios y plebeyos. David de la Encina, nuestro actual alcalde, tiene posibilidad de cambiar de aires y ser, en un breve espacio de tiempo, sustituido por una gentil y cultural dama. Continuará… 

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