Es raro el día que no cierra sus puertas algún comercio de nuestra ciudad; es el raro el día que no descubres una nueva acera levantada con el consiguiente peligro para los peatones; es raro el día que no encuentras excrementos de perros en la calle; es raro el día que no observas un nuevo hundimiento en la calzada con el consiguiente peligro para los vehículos; es raro el día en que algún miembro de la oposición no crítica la actuación del gobierno municipal cuando en realidad lo que deben hacer es presentar soluciones.
Es raro el día en que no aparezca una denuncia de Urbanismo por el decoro y mantenimiento de fachadas o edificios abandonados, cuando en verdad lo que deben hacer es quitarse la viga que tienen en el ojo para ver el estado lamentable y ruinoso en el que se encuentra, por ejemplo, la que fuera la Casa de la Juventud en la calle Pozuelo; y es raro el día en que no tropieces con personas quejándose de la falta de limpieza en general.
Pero seamos sensatos: la culpa no es sólo de nuestros dirigentes y de la falta de educación de algunos, también es culpable el resto de la corporación municipal que, en la mayoría de los eventos no está presente, alegando que no han sido invitados como habrá sucedido en la presentación de El Puerto de Santa María a posibles inversores extranjeros y nacionales que asistieron a la misma en la Feria de Turismo celebrada en Madrid hace escasos días. No es de recibo que, invitados o no, no hayan acudido a tan importante acontecimiento.
Menos quejas, menos críticas y más presencia, que los portuenses lo agradeceremos y sabremos compensarlo cuando llegue el momento.
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