El Dedo

Un pueblo envidiado y envidiable

Nuestro plaza de toros apoyó a los mejores matadores de entonces, con gran afluencia de aficionados

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Muy largo me lo fiais. Hago alusión a un artículo leído en prensa del pasado domingo titulado “40 años” y, aunque me parecen muchos años, deseo al firmante del mismo que los viva tal y como ha vivido los 40 años anteriores.

Tengo que darle la razón en casi todo lo que escribe pero no en que El Puerto venga padeciendo desde siempre estos males gobierne quien gobierne. El Puerto, no hace muchos años, ha tenido esplendor más que suficiente como para ser la envidia de todos los pueblos de la provincia y de otros muchos de España.

Hemos tenido gobernantes, que por cierto no cobraban, que hicieron prosperar a nuestro pueblo durante algunas décadas como para colocarnos a la cabeza de los mejores municipios del país con su misma población.

Urbanizaciones como Valdelagrana y Vistahermosa han traído infinidad de personajes que daban prestigio a nuestra ciudad, y el turismo aumentó considerablemente con la construcción de hoteles de tres, cuatro y cinco estrellas.

Nuestro plaza de toros apoyó a los mejores matadores de entonces, con gran afluencia de aficionados.

Se edificaron más de 4000 viviendas por el Patronato Nuestra Señora de los Milagros, durante un período de 25 años con un gerente de todos conocido y tres funcionarios que trabajaban por las tardes. No quiero cansar a los lectores exaltando la gran labor que hicieron esos gobiernos por nuestra gran ciudad sin recibir nada a cambio.

Termino pidiendo que no se hable mal del caballo, porque nos va a costar mucho trabajo venderlo. Por cierto, a los gilipollas y a los especuladores nunca conseguiremos eliminarlos.

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