Educar para el futuro

Interpretando “a conveniencia” la actuación judicial

Los engaños a la ciudadanía son cada vez más finos y un ejemplo es la manipulación en clave oportunista mediante la cual han logrado que muchos malinterpreten

Publicado: 19/06/2020 ·
11:48
· Actualizado: 19/06/2020 · 11:48
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  • Irene Montero. -
Autor

Antonio Monclova

Antonio Monclova es biólogo, doctor en prehistoria y paleontología, master en arqueología y patrimonio

Educar para el futuro

Análisis, crítica y reflexión sobre las necesidades pedagógicas de la sociedad para difundir el conocimiento y la cultura

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Los engaños a la ciudadanía son cada vez más finos y un ejemplo es la manipulación en clave oportunista mediante la cual han logrado que muchos malinterpreten a su favor algo tan complejo como el auto de una jueza y que a la vez otros la critiquen. La clave está en que saben que de los pocos que lean el auto muchos no lo entenderán o lo interpretarán a su conveniencia.

Un conocido al que aprecio, aunque no comparta sus ideas políticas, me dijo satisfecho que al archivarse el auto de la denuncia del 8M queda claro que el Gobierno no fue culpable de que se propagase más la COVID-19.

Él no es abogado (yo tampoco) y ante la seguridad con que hablaba le pregunté quien le dijo eso y me respondió que los medios de información dieron la noticia y que en las redes sociales miles de personas (incluso entendidos según él) se alegraban de que fracasara una denuncia que solo era un ataque a las mujeres que se manifestaron el 8M.

Le expliqué que quizás los medios no aclararon que un auto no es lo mismo que una sentencia. En la instrucción de una causa judicial está separada del enjuiciamiento y en este caso la jueza lo que archivo fue la instrucción, dictaminando que de momento no podía juzgar al encausado, no emitió una sentencia declarándolo inocente (solo puede hacerse tras un juicio).

Todo comenzó cuando en un juzgado de Madrid denunciaron al gobierno porque antes del 8M no avisó del riesgo de contagiarse de la COVID-19 si se iba a actos multitudinarios. Se trataba de una querella por prevaricación solo contra el Delegado del Gobierno, porque es imposible demostrar que alguien se contagiase por ir a una manifestación y los otros cargos son aforados que solo puede encausar el Tribunal Supremo.

Los testigos y pruebas indicaban que no se aportó a los ciudadanos la información, pero la jueza no podía demostrar que el querellado solicitase o recibiese dicha información de las instancias sanitarias superiores, por lo cual no podía continuar la instrucción y emitió un auto archivando PROVISIONALMENTE la causa, aunque señala su sorpresa de que el Delegado del Gobierno no supiera el riesgo de la COVID-19 dado que se conocía a nivel mediático. El auto por tanto no rechaza los indicios probatorios, ni dice que el encausado sea inocente, ni desde luego implica que la jueza actuase mal.

El auto SOLO establece que la instrucción de la causa podría continuar si hubiese nuevas aportaciones, con independencia de otras causas que se abran, puede que alguna en el Tribunal Supremo. La justicia puede ser lenta pero al final llega y – aunque pueda equivocarme – creo que la auténtica desgracia de todo esto está en que algunos de los políticos que hemos votado pretenden controlar la acción de la justicia en su provecho y cuando no lo logran directamente manipulan sus actuaciones para que lo parezca.

Recuerden: no podemos olvidar. Fuerza y salud.

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