Editorial Sevilla

Rebelión anti okupa

La movilización vecinal en Sevilla Este, como antes en Portugalete y Santurce, ha logrado el fin de la ocupación de una vivienda

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Hace unas semanas, una anciana de 94 años que llevaba 80 residiendo en la misma vivienda de Portugalete, salió de su casa para visitar a su hermana, también nonagenaria y enferma. Cuando volvió encontró su vivienda tomada por unos okupas. Indignados, centenares de vecinos rodearon la casa día y noche, sabedores de que por las características de nuestro sistema judicial la ocupación podría prolongarse durante meses. Al impedir que los okupas pudieran salir del inmueble para abastecerse lograron que, paradójicamente, aquéllos llamaran a la Policía para abandonar la vivienda, que previamente destrozaron, escoltados.

Este espontáneo movimiento de solidaridad vecinal, en plan Fuenteovejuna, se ha repetido luego en Santurce y también en Sevilla. Aquí, un joven matrimonio que con el fruto de sus ahorros había entregado hace unos días 3.000 euros para comprar una vivienda en Sevilla Este la halló ocupada cuando fue a verla. Enterados, vecinos del barrio rodearon el inmueble y organizaron una cacerolada tras otra, hasta conseguir que los okupas, molestos por el ruido ensordecedor, acabaran llamando a la Policía y abandonaran tanto el piso como la zona. Los casos de Portugalete, Santurce y Sevilla demuestran que la masiva, pacífica y solidaria movilización vecinal está siendo la solución anti okupa ante la indefensión de los propietarios por la lentitud de la Justicia.

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