El delegado de Hábitat Urbano, Cultura y Turismo, Antonio Muñoz, ha anunciado el propósito del Ayuntamiento de saldar la “deuda pendiente” que tiene la ciudad con Aníbal González - el gran arquitecto de la Expo del 29 y figura indiscutible del regionalismo, que dotó a Sevilla de unas nuevas señas de identidad- convirtiendo el Pabellón Real en un centro de interpretación de su obra. Aunque al igual que su familia preferimos que se ubique en su obra más emblemática, la Plaza de España, el recién rehabilitado pabellón, pensado inicialmente para acoger el museo Bellver, también es un emplazamiento adecuado.
Hemos sostenido en numerosas ocasiones que Aníbal González puede ser considerado como el equivalente sevillano al Gaudí reusense, pero que mientras en Cataluña se han esforzado al máximo por convertir a éste en un arquitecto universal y a su obra en un icono arquitectónico, cultural y turístico, Andalucía no ha hecho lo propio con Aníbal. Si su Plaza de España estuviera en Barcelona en vez de en nuestra ciudad, ¿no se habría defendido su candidatura para que la Unesco la hubiera declarado hace años Patrimonio de la Humanidad? Esperemos que la conversión del Pabellón Real en un centro dedicado a Aníbal no sea una mera promesa que se difumine pasado este tiempo electoral. Ha de materializarse cuanto antes, porque la deuda lleva demasiado tiempo pendiente.
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