Más de 183.000 sevillanos están en la lista de espera quirúrgica ( la cuarta parte de todos los andaluces en esta situación) y los hospitales Virgen del Rocío y Virgen Macarena figuran en el ranking con más pacientes aguardando. A ello hay que añadir la demora para una intervención: entre 163 y 183 días. Esta es la realidad destapada por el nuevo Gobierno andaluz y que ocultaba la Junta de Susana Díaz con su propaganda sobre que nuestro sistema sanitario era “la joya de la corona”. Una manipulación denunciada por profesionales valientes como la médica granadina Socorro Ricoy, la cual fue represaliada por ello, y por el Sindicato Médico, que puso de manifiesto bastantes de los subterfugios empleados por el SAS para maquillar las listas.
El nuevo consejero ha hecho lo que debía: contar todos los pacientes, tanto los que aguardan una de las operaciones garantizadas por los decretos de plazos como los que esperan otras intervenciones no incluidas en aquéllos. ¿Acaso debe haber listas de primera y de segunda o contabilizarse a unos y no a otros? La acusación del PSOE de que se prepara la privatización del sistema es infundada, máxime porque desde su Gobierno también hizo conciertos con clínicas privadas. Si el sistema no puede absorber tantos pacientes habrá que derivarlos. Los enfermos quieren ser operados cuanto antes y les da igual que sea en un centro público o privado.
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