El populismo y el electoralismo se han adueñado de los partidos y, por extensión, de las instituciones tras las elecciones del 2-D. Si el pasado mes de noviembre el gobierno local rechazó una moción urgente para debatir sobre el hipotético futurible destino de los terrenos del Sevilla F.C. (estadio y ciudad deportiva) con el sólido argumento de que el Pleno municipal no es el marco adecuado para intervenir en los asuntos internos de una empresa privada, lo que al fin y al cabo es dicha sociedad anónima deportiva, en el Pleno de diciembre ha ocurrido lo contrario: los cinco grupos políticos, con la vista puesta en las elecciones de mayo y con tal de congraciarse con cualquier colectivo y no arriesgarse a perder voto alguno, han expresado su oposición a cualquier recalificación que pudieran pretender unos hipotéticos compradores del club para su venta especulativa.
Paradójicamente, en ese mismo Pleno municipal el Ayuntamiento ha acordado recalificar como gran superficie comercial los suelos ocupados por el Nervión Plaza, con el fin de consolidar su uso actual. Un centro comercial erigido justamente sobre terrenos que eran propiedad del Sevilla FC., entidad que dio un pelotazo con su venta a terceros merced al consentimiento del Consistorio, donde siguen los mismos partidos que ahora dicen oponerse a la venta especulativa de suelos del club pero que antes le dieron todas sus bendiciones.
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