A medida que se acercan las elecciones municipales se multiplican las descalificaciones de unos políticos a otros con intención de restarse votos en las urnas, tengan o no responsabilidad en los asuntos de que se trate. Así, el alcaldable del PP, Beltrán Pérez, ha culpado a Espadas de “no haber sido capaz de sacar adelante el proyecto de rehabilitación de las Reales Atarazanas, ya que ni siquiera habrá arrancado cuando finalice su mandato”. ¿Y qué tiene que ver el alcalde con esta demora cuando ha quedado a la expectativa de que se materialice el acuerdo extrajudicial al que llegaron la Consejería de Cultura, propietaria del edificio, y Adepa para que el arquitecto Vázquez Consuegra rehiciera el proyecto de reforma del mismo para permitir la recuperación de antiguos vestigios patrimoniales?
Y con La Caixa en medio, como concesionaria del inmueble, para ver si financia o no el sobrecoste de la nueva intervención. Paradójicamente, quien no fue capaz de iniciar siquiera la restauración de los antiguos astilleros medievales fue el gobierno de Zoido, del que Beltrán Pérez formaba parte, al propiciar con sus cambios de criterio sobre la necesidad o no de redactar un Plan Especial que La Caixa desistiera de implantar allí el previsto Caixaforum y se lo llevara al rascacielos de la Cartuja, una decisión aplaudida por el predecesor de Espadas y que ha supuesto a la postre seis años más de retraso.
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