Dirigentes sevillanos de Adelante Andalucía han hecho un llamamiento a combatir en las calles lo que califican como la ola reaccionaria surgida tras las elecciones del 2D. Por más que llamen a la gente a movilizarse en protesta por los resultados, no van a cambiar que Vox ha conseguido 12 diputados de forma absolutamente democrática y que Adelante Andalucía ha perdido tres de los que sumaban por separado los dos partidos ahora coligados y casi 300.000 votos, y que ha sido la fuerza que proporcionalmente más sufragios ha perdido, incluso más que el PSOE.
En vez de apelar ahora a combatir en la calle, debería haber llamado con más poder de convicción antes de las elecciones a sus simpatizantes a que hubiesen acudido en masa a votarla y de esa manera no habría perdido tres escaños y habría sido la fuerza determinante en el Parlamento y tenido la llave del Gobierno de la Junta de Andalucía en vez de Vox. Los dirigentes de la coalición deberían preguntarse por qué sus resultados han empeorado y, por ejemplo, en el distrito Sur de Sevilla, uno de los más pobres y que fue gobernado por IU durante años, han quedado los últimos en votos y hasta por detrás de Vox. Quizás porque no han trabajado lo suficiente con los vecinos, pero ahora tratan de camuflar sus malos resultados agitando las pancartas.
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