L a Dirección General de Tráfico define desde el año 2000 como “punto negro” aquel emplazamiento perteneciente a una calzada de una red de carreteras en el que durante un año natural se han detectado tres o más accidentes con víctimas y con una separación máxima entre uno y otro de cien metros. Beltrán Pérez, el portavoz y alcaldable del PP, ha usado la terminología de la DGT al presentar un mapa con supuestos 50 “puntos negros” delictivos en Sevilla, pero para corresponder a esa analogía tendrían que haberse cometido en cada uno de ellos, atención, tres delitos de la máxima gravedad en el último año, algo que el líder local del PP no ha podido demostrar.
Al igual que una golondrina no hace verano, hablar genéricamente de robos diseminados a lo largo de un tiempo inconcreto no convierten calles ni urbanizaciones ni barrios en “puntos negros” delictivos, como imprudentemente sostiene el candidato popular, que de manera irresponsable trata de alimentar la “sensación” de inseguridad tras la reciente manifestación vecinal en Pino Montano. Al contrario que el delegado Cabrera, creemos que en Democracia no debe sustraerse tema alguno del debate público, tampoco la seguridad, de ahí que el gobierno no deba dejar flotando en el aire la “sensación de puntos negros” lanzada por Beltrán Pérez. Al contrario, ha de rebatirla de la única forma posible: con la máxima información.
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