El contador del tranvía se pone nuevamente a cero, pero la ciudad y los vecinos llevan esperándolo ya para ocho años. Es muy posible que junto a la Ciudad Sanitaria, la Ciudad de la Justicia y el Museo Ibero sea uno de los proyectos que más páginas he llenado en la prensa provincial, al menos en este periódico, que acaba de cumplir doce años en la calle. El concejal de Hacienda, Manuel Bonilla, reconoció ayer que es imposible que el tranvía eche a andar antes de mayo, pero se comprometió a firmar el convenio con el nuevo Gobierno de la Junta antes de ese mes. Hay plazos administrativos en vigor que no pueden acortarse y la campaña electoral ha hecho que la ciudad vuelva a perder un tiempo de oro para verlo andando de una vez. Jaén ya está harta de leer, hablar, incluso de ver el sistema. Jaén quiere montarse en él y disfrutar de una vez de un transporte digno y no de los autobuses y el servicio que sigue prestando la empresa concesionaria en la ciudad y a la que nadie le para los pies. El transporte público en un proyecto de peatonalización como en el que estamos inmersos es fundamental y es necesario que autobuses y tranvía convivan y se entiendan. E insistimos, alguien tendrá que liderar ese proceso de una vez, con o sin Castillo.
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