El último PGOU de la ciudad de Jaén, el conocido como Plan Márquez, no solo pasará a la historia porque se gestó en un mandato tras varios intentos fallidos, sino por ser el más corto de la ciudad, con apenas dos años de vigencia. Purgados ya del mal, con dos de los proyectos más ambiciosos salvados y el resto con la mano tendida de la Junta para realizar modificaciones puntuales del de 1996, es el momento de sentarse a pensar en un nuevo Plan General. Y para ello es imprescindible replantear el modelo de ciudad, ya que este Plan Márquez era un heredero de aquel que arrancara siendo concejal de Urbanismo Manuel Peragón, que más tarde reelaboró el PSOE de Carmen Peñalver y Manuel López y la Izquierda Unida de José Luis Cano. Las previsiones de crecimiento para las próximas décadas no son nada halagüeñas. De hecho, la capital no para de perder población desde hace más de una década, por lo que el nuevo Plan General de Ordenación Urbana deberá mirar más al interior. Imprescindible será continuar con los procesos de legalización o regularización de Los Puentes y, por encima de todo, centrarse en un conjunto histórico como auténtico motor de la ciudad, lo que precisará sustanciosos cambios en sus vías de entrada y salida y en su forma de relacionarse con el extrarradio.
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