Doñana 50 años

Atlántica, Tartessos, Roma

Mitos e historia se une cuando se piensa en las civilizaciones que pudieron o en verdad pusieron su pie en estas arenas y marismas.

Publicado: 07/06/2019 ·
09:51
· Actualizado: 07/06/2019 · 13:08
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Autor

Jorge Molina

Periodista, escritor y guionista. Y siempre con el medio ambiente como referencia

Doñana 50 años

Doñana cumple 50 años como parque y es momento de contar hechos sorprendentes

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Doñana tiene mucho de mítica, literalmente. Y no me refiero a la Virgen del Rocío, que para la mayoría de los habitantes del entorno es real (sea eso lo que sea cuando se habla de advocaciones), y por tanto nada mitológica, palabra que suena harto pagana.

Dejemos a la Virgen, ya hablaremos de sus fieles, los rocieros, en breve.

Un espacio como Doñana, hasta hace nada lleno de parajes sólo conocidos por unos pocos, o por nadie, se presta al misterio. En parte, porque su territorio ha sido tan cambiante, que todavía después del año 0 la zona era en buena parte un lago de origen marino. En 1920 Jorge Bonsor, arqueólogo francés que compró el castillo de Mairena del Alcor (Sevilla) y se quedó a vivir, visita Doñana con el fin de encontrar rastros de la civilización tartéssica.

En ese empeño de descubrir la capital de Tartessos fue pioner de la mano junto a otro as de la arqueología, nada menos que el descubridor de Numancia, Adolf Schulten, que se acerca por aquí al aliento del hallazgo de restos romanos en el Cerro del Trigo, en el corazón de Doñana.

Schulten y Jorge Bonsor llegaron a Doñana rodeados de expectación y con todo pagado por el duque de Tarifa, entonces dueño del coto. Encontraron no más que un poblado romano de escasa entidad y, el penúltimo día de campaña, bajo una losa, un anillo misterioso. Schulten regresó a casa no obstante convencido de su tesis, pero lo único que obtuvo fue ese anillo con una inscripción en griego antiguo en su lado interno: “Poseedor, seas feliz”. Por desgracia, tan maravilloso talismán, se perdió…

Si lo de Tartessos está difícil, el caso de la Atlántida es más complejo. Y, sin embargo, se mueve de continuo el rumor de que ha aparecido justo en Doñana la nunca vista civilización, que saltó a la fama por Platón, y le dio pie Julio Verne en ‘20.000 leguas de viaje submarino’.

National Geographic dio de nuevo vuelo a tan inopinada hipótesis con un documental que, en mi opinión, resulta pura fanfarria. La teoría del arqueólogo estadounidense Richard Freund de que existe bajo Doñana una ciudad construida como círculos concéntricos, una única entrada, y el templo de Poseidón del que hablón Platón, es tan voluntarista como maliciosa.

Un ciudadano de Cádiz, Manuel Cuevas, anunció en 2015 que había encontrado la Atlántida. Mostraba fotos tomadas a 700 kms de altitud para indicar que, al menos, hay una gran ciudad enterrada en la desembocadura del Guadalquivir.

El último fraude lanzado fue el año pasado, cuando la empresa de tecnología Merlin Burrows anunció con vídeo y todo que creía tener pruebas. Pero los expdertos andaluces desvelaron que lucios artificiales, los corrales de pesca de Rota y un parapeto militar de 1945 no podían ser parte del continente hundido…

En todo caso, todo tipo de webs turísticas se hacen eco enseguida de este repetido eco, pues resulta bastante rentable.

Lo único cierto es la presencia de nuestros queridos antecesores romanos también en Doñana. Después de la decepción de Bonsor y Shulten, que dejaron todo por hacer, en 1999 la Universidad de Huelva analizó el Cerro del Trigo para confirmar que Roma estuvo allí.

Aparecieron grandes muros de piedra de hasta un metro de grosor y algunas ánforas, se supone que para guardar la célebre en la época salsa garum, compuesta de esturión, atún y otros elementos. También aparecieron utensilios y monedas de entre los siglos II y V, y una necrópolis, de la que se han desenterrado seis cuerpos. Parece ser que los habitantes del enclave morían antes de cumplir los 40 años, principalmente tras sufrir graves enfermedades reumáticas.

Nada nuevo bajo el sol de Andalucía en Doñana. Aunque habrá quien quiera creer que si la marisma suena, agua lleva…

(Más información y fotos en donana50.es)

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