No es el recreativista el aficionado que prefiera no ver a su equipo. Algo extraña la afirmación, pero correcta cuando no estás motivado lo suficiente y vas por inercia a ver el partido. Aquí en Huelva si algo tenemos de especial es que respondemos no solo en las buenas, sino también en las malas. Eso es algo que se sabe y hace grandiosa a esta afición, que en los últimos años con más sufrimientos que alegrías ha demostrado en innumerables ocasiones su fidelidad al club.
Pero es que este año yo personalmente me siento aún más enganchado. Es domingo, termina el partido que esté jugando nuestro Recre y ya tenemos ganas de que vuelva a ser domingo para verlo jugar. El estilo de juego de Alberto Monteagudo es de los que te hacen pasar un buen rato viendo fútbol. Puede que haya fallos puntuales o momentos de peor coordinación colectiva, pero existe siempre esa cosilla en el estómago de que una jugada de ataque puede nacer de casi cualquier forma. Acostumbrados a entrenadores con excesivos planteamientos defensivos en los que los delanteros sufrían como islotes abandonados entre un mar de defensas rivales, este año tenemos a cuatro jugadores basándose casi al máximo en atacar. Que también defienden, claro, pero lo hacen desde arriba, y si roban el balón lo que quieren es llegar al área rival para perforarla. En el último partido no se ganó por falta de puntería y un portero rival en día de gracia, pero sólo el hecho de generar tantas ocasiones es ya algo digno de elogiar.
Y se hace sin perjudicar en exceso a la defensa. Evidentemente no somos como el Decano del año pasado en el que Salmerón apostaba por una defensa de cinco y un centro del campo apoyando, lo cual hacía que nos generaran menos ocasiones. Eso conlleva a que nos creen algo más de peligro, pero ahí está la magia de este deporte, que más allá del propio acierto personal de cada jugador, de la conexión entre ellos o del estado físico, está la estrategia. Y quizás en el equilibrio se encuentra la divinidad. Yo diría que hoy en día vamos 65% al ataque y 35% en defensa. El año pasado podríamos decir que era un 25-75 y otras temporadas me dan tanto pánico que no quiero ni hacer números estimados.
Además, este Recre suma otros atractivos que nos hagan desear que llegue el domingo. La Balompédica Linense es un rival fuerte que solo tiene dos puntos menos que nosotros, que cuenta con ex jugadores como Manu Molina o Álvaro Vega y que será un gran reto. Pero por nuestra parte deseo ver más minutos de Rubén Cruz. ¡Que sea domingo ya!
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