La hidra es una criatura mitológica con una particularidad: tiene muchas cabezas. Esa especie de reptil aparecía por los mares y sus alargados cuellos y las desproporcionadas mandíbulas destrozaban barcos y personas. Pero a veces, incluso, se mordisqueaba a sí misma. Quizás porque quería la misma comida que otra de sus cabezas, quizás porque está hecha para eso. La metáfora sirve para demostrar qué es la gestión del Recre en las últimas temporadas: un club-hidra. Por hacerlo más genérico puedo contar hasta cinco cabezas, y quizás sean algunas más que no percibimos aún, o quizás haya cabezas con cabecitas (como el pelu de Medusa, ya que estamos) y algún quiste con vida propia.
Por un lado está el Consejo de Administración, gente de a pie (más Carlos Hita), colocada por el Ayuntamiento, haciendo la labor oscura y de parapeto. Casi siempre desbordados y siempre maniatados. Un trabajo sucio, que no recompensa y que quizás por eso da la sensación de que es insuficiente. Por otro lado, la propiedad, el Ayuntamiento, la cabeza más grande, la que toma decisiones, la que al final otorga el alimento… demasiado preocupada en sus otras miles de cosas y cediendo el mando a otros cráneos, a saber: Eurosamop, Krypteia y Óscar Carazo. Lo de Eurosamop parecía una cabeza muerta porque se negoció con ellos, pero mientras haya deuda y posibilidad de recuperarlo, están ahí. Lo de Krypteia es un préstamo con ganas de mandar, de involucrarse, a veces de forma excesiva. Y lo de Carazo es como un hijo de los otros dos, que al final se ve dependiendo directamente del club y ha mirado por sí mismo. Con esa base, y a sabiendas de que algunos quistes engordan tanto hasta ser otra cabeza (se lo dejo a su imaginación) se planificó la temporada. Y hubo bocados, sangre, comunicados y reproches. Pero la cabeza principal dio dinero y el cuerpo de la hidra funcionó bien, casi de forma milagrosa, haciendo que el monstruo bajara a las profundidades y no se notara. Claro, cuando el estado de excepción acaba, todo lo que queda es caos. La cabeza principal sigue buscando nuevas cabecitas, encomienda al Consejo hacer cosas, mientras Carazo se autodegolla y se va para la meseta. La cabeza de Krypteia parece más tranquila -por ahora, porque sigue exigiendo su dinero- y Eurosamop lo que quiere es cobrar y que le dejen tranquilo.
Así que el monstruo se ha quedado con una cabeza (Consejo) y las demás, dormidas. Y los quistes ahí que no sabemos si crecen. Veremos qué pasa. Me falta deciros una cosa de la hidra mitológica: era un ser inmortal. Y eso, con el Recre, lo veo de forma positiva.
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