No ha sido un verano normal en el ambiente recreativista. Nada tiene que ver con llegar al límite a pagar ciertas cosas, o que lo anormal sea pagar el carnet en agosto, ni que la plantilla se renueve completamente ni los pliegos de ventas hayan quedado desiertos. Lo más raro de este verano ha sido lo del Trofeo Colombino, que aún no se haya disputado y que siga en el aire. Y yo he notado su ausencia, tanto, que ahora no me encaja. Mis mejores recuerdos vienen de los cuadrangulares, cuando había carabelas de distintos tamaños y el último equipo no se llevaba ninguna. Cuando parecía que una norma intrínseca en la elección de equipos era que viniera un andaluz de Primera y al menos un conjunto europeo con cierto nombre. Incluso los pregones, cargados de sentimientos, de historias, de recreativismo, eran la mejor introducción para la temporada venidera.
Pero esto año el Trofeo se ha convertido en algo más feo. Vendido en unas condiciones que me hacen dudar más del vendedor que del comprador, pasó todo el verano y no existió. Ahora suena, se anuncia que puede venir el Sevilla y aparece un conflicto social en las redes. Sin dar ni quitar razones, aunque el que me conozca sabrá que pienso, la elección de este equipo es cuanto menos polémica. Aunque más me ha sorprendido Javier Jiménez, de los Krypteia, dándonos lecciones a los recreativistas de qué equipo nos debe gustar y cuál no. Pues mira, nosotros sabremos con nuestros conflictos, pero cosa nuestra. Que aquí de maestrillos llegan muchos pero sólo dejan una ristra de errores cada vez mayor. Entre vaivén de gustos, el césped que no acaba de cuajar y el Trofeo, más feo que nunca, en el aire. Qué pena. Si personificáramos a nuestro Decano, quitarle el Colombino sería como arrancarle un brazo. Aunque claro, con la racha que llevamos, si nuestro Recre fuera humano tendría carencia de extremidades, la cabeza partida y sólo un corazón muy grande (el de su afición) y un pulmón que parece respirar levemente gracias a una flor en el culo (y perdón por la expresión).
A mí lo que me falla del Trofeo Colombino es que han visto negocio, tanto de venta como de compra, lo cual significa que no se enteran de nada. A mí me hubiera valido hacer una Copa de Huelva camuflada en el Trofeo, con tres equipos más de la provincia. Me hubiera valido tirar de amistades con el Córdoba u otro club. Porque la valía de este Trofeo no la pone el que viene, si no la importancia de que el Decano pueda jugarlo. Este año, si se juega, ya será el más feo de los Trofeos.
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