Y ya qué más nos da. La temporada ha sido decepcionante después de las ilusiones creadas en agosto, y las que posiblemente nos crearemos de nuevo este año en ese mes, porque el fútbol sin ilusión de poco vale. Si te pones a mirar atrás cambiarías cientos de cosas, y el “cientos” no es sólo una exageración. Y si miras adelante hay un muro infranqueable llamado Descenso, que hasta que no lo saltes, no te deja ver el horizonte de ninguna manera. Así que, visto el panorama, qué más da lo del pasado y lo del futuro en este instante, si lo único en lo que debemos centrarnos es en permanecer en la categoría como sea.
Ahora sólo entran en juego las matemáticas. Una mini-liga de tres jornadas en la que nuestro Recre está implicado junto a muchos más equipos. Con el Lorca Deportiva ya descendido a Tercera, el próximo en caer matemáticamente puede ser el Betis Deportivo, que tiene un partido difícil ante el Real Murcia. Descartados estos dos equipos, además del Decano están en la batalla el filial del Córdoba y Las Palmas, el Jumilla, Badajoz, Mérida e incluso el Linense, Écija o el último rival, el San Fernando. La categoría de bronce es durísima y la tensión será máxima en estos días. Si me fijo primero en los rivales, veo mal posicionado al Linense, que debe enfrentarse a un Jumilla que se agarra a la salvación a base de milagro y a dos equipos que buscan el liderato: Cartagena y Murcia.
Aunque tampoco nuestro Recre es que tenga un camino de rositas. El primer duelo ante el Granada B es crucial, como ya lo fuera hace dos años con aquel gol de Rubén Mesa en el último suspiro. Solo que esta vez es en la ciudad deportiva nazarí, algo que por ánimos no será un problema, pues muchos aficionados piensan viajar en apoyo del equipo (como siempre, la verdad). Superando ese partido nos pondríamos muy bien, porque lo que viene luego puede ser crítico: Las Palmas Atlético vendrá a Huelva en lo que puede ser un partido a vida o muerte, y la última jornada es ante el Jumilla en tierras murcianas, que puede estar jugando su última baza de permanencia o playout de descenso.
Así que como os escribía al principio, mejor no pensar más allá de lo que nos queda este fin de semana, a temprana hora, contra el filial del Granada. Ganar se vuelve crucial y nos dejaría un poco tranquilos para empezar a pensar en ese otro millón de cosas que tenemos pendientes. Y espero que así sea, porque se puede, y porque nos merecemos ya exhalar un poco de tranquilidad.
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