Si Stephen Hawking, recientemente fallecido, hubiese querido teorizar sobre el tiempo en el Recre, se habría encontrado con un abanico de universos paralelos. El célebre científico, especialista en agujeros negros, podría dedicarse a cómo el Decano puede pagar los compromisos que tiene por delante. Los datos de Hacienda son tan claros como duros y esta vez no se puede fallar. No se puede porque ni lo va a perdonar la Agencia Tributaria ni lo hará una afición que ya ha reanimado al muerto. Pero lo cierto es que es difícil. La solución lógica pasa por ascender cuanto antes, eso lo vemos todos, pero está claro que la tendencia no es favorable. Hay que sumarle en el teorema de este agujero económico la deuda con acreedores, que el que venga al club debería (en condicional, ya veremos) devolver al Ayuntamiento el dinero público que se ha puesto, y además cumplir el contrato con Eurosamop. Que perdonadme, pero sale mucha información de algo que todavía se pide, así que sigo hablando en términos de física y diré que es incertidumbre. Una incertidumbre cuántica, porque si Eurosamop es quien quiere comprar el Recre (o no, habrá que verlo, quizás les sobre con ser “gestores”), ¿se pagaría Eurosamop a sí mismo? ¿Se le descontaría el dinero en un pliego de condiciones? ¿Se autorrescindirían el contrato? A saber. Incertidumbre.
No se puede olvidar en este teorema el asunto de Líberos del Decano, ya que la afición es acreedora del club. Aquí también, como todo átomo, tiene sus partículas positivas y las negativas, dos tendencias que van ligadas un poco a la aleatoriedad del individuo: los que han puesto un dinero y se olvidan de todo porque con eso su corazón está limpio, o los que quieren aprovechar esa deuda no para lucrarse, si no para ser, oficialmente y a través de los medios legales o burocráticos más oportunos, los que puedan cuidar al Decano y al BIC ante gestores complicados.
Pero sólo he hablado de agujeros negros y yo venía a hablar de tiempo. Que me perdone Hawking. En el Decano está el tiempo económico, que hay que cumplir ya sí o sí, el tiempo administrativo-público para su junta de accionistas, la nueva venta del club, etc. El tiempo deportivo, que son dos meses los que queda y tenemos que, miserablemente, salvarnos en una temporada que esperábamos más. Pero también el tiempo del cabreo de cada aficionado, el de la prensa, o el de hacer un proyecto de verdad, con experiencia técnica, para la futura temporada.
Lo que os puedo asegurar es que no habrá tiempo si caemos a Tercera, y el agujero tendrá tanta gravedad que nos absorberá irremediablemente. Así que rápido y ya: a ganar al Villanovense.
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