Suena hasta raro, pero es la verdad. El mayor problema del Recreativo ahora mismo se encuentra en el terreno de juego y no en los despachos. No ganamos para disgustos, en la que debería de ser una temporada de transición y tranquila, la mala gestión deportiva nos lleva a temer de nuevo por un descenso a Tercera División. Porque hablemos claro, que así es como mejor se afrontan los problemas: la tendencia del Recre es de bajar a Tercera con estos lamentables resultados deportivos. Cosa que asusta, y mucho, porque esta plantilla no fue confeccionada para combatir en la zona baja de la tabla, y quizás ahora, que lo de generar juego ha pasado a mejor vida, lo que tienen que hacer los jugadores es ofrecer un 200% de desgaste para sacar adelante los puntos en los partidos.
¿Dónde está el error? Parece claro que en el banquillo, porque no acabamos convencidos ni hemos tenido un entrenador con experiencia en todo el ejercicio. Aunque tampoco es el único culpable el que está ahí dando instrucciones, pues en agosto parecía una plantilla digna de acudir a playoffs por nombre y categoría de sus jugadores, y ahora parece mermada. No se confundan con mis palabras, en ningún momento he dicho, ni voy a decir, que estos jugadores no estén comprometidos. Es sólo que no están encajando bien, nublados y con una falta clara de estilo que nos está condenando.
El hecho de que pida el doble del esfuerzo no es porque ahora no lo den, es porque quizás es la única forma de sacar adelante partidos en esta categoría tan malaje. Son los propios jugadores los que saben que parte de la culpa está en ellos, como dice claramente Djak Traoré. Y es que, si me apuran, tampoco podría crucificar a nadie por un rendimiento malo. Quizás mala suerte de cara al gol, pero es que no llegamos lo suficiente.
Es hora de alejar fantasmas, de cerrar el puño hasta que se salte la vena en el bíceps y de apretar los dientes. Esto no es permisible, sea por jugadores o por entrenadores que no saben cohesionar sus engranajes. El Recreativo de Huelva y su afición no se merecen el continuo sufrimiento y se desea un poco de feedback. Gente que siempre responde, que siempre acuden en masa en los desplazamientos, que no sabe qué excusar inventar para seguir creyendo en el equipo. Es hora de una respuesta acorde. No de un partido bueno y ya está, sino de una racha buena, que nos haga respirar tranquilos. Esto depende de los que están en el campo y de los que entrenan cada día, así que responded. Lo necesitamos YA.
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