Tiene el Recreativo su propia banda independentista, o esa es la sensación que da a muchos aficionados cuando se sondean las redes sociales. Y no una, si no las dos. Santi Luque y Lazo son dos de los jugadores que destacan por tener mayor calidad y nadie duda de su capacidad ni de su compromiso. Pero quizás, apoyados por las propias órdenes de Casquero, el Recreativo basa todo su fútbol en el desborde de estos dos jugadores, que encaran, recortan y conducen hasta línea de fondo, se giran y afrontan la portería, y una vez rodeados de defensas buscan el pase raso y complicado hacia el delantero.
Que conste que no es una crítica, ¡ojala en los últimos años hubiéramos tenido estas bandas! Pero tanto Lazo como Luque son jugadores jóvenes que deben seguir progresando, y a veces buscar un centro alto que puedan rematar Boris o Gorka, o un pase más atrás para que De Vicente prepare su cañón, también es alternativa. ¡No os confundáis! Lo dicho antes, lo de regatear, desbordar, conducir el balón con verticalidad, eso no lo podemos dejar. Entended esto como el profesor que sabe que su alumno da para un diez y se queda en un ocho.
Independentismos aparte, el Recre mejora lento, pero lo hace, incluso a veces el infortunio de no anotar goles nos deja sumando empates. Lo cierto es que defendemos mejor, Marc Martínez se encuentra seguro, Djak Traoré va a hacer que se ponga las pilas Jonathan Vila y la competencia en el equipo es alta. Es evidente, y todos lo sabemos, que con un par de resultados positivos con la suerte de materializar las numerosas ocasiones que generamos, ganaremos confianza y moral para seguir creciendo sin miedos. De hecho, creo que el desgaste de los últimos minutos que adolece el club se debe precisamente a ese miedo y esa falta de puntería, que hace autocorregirse para ganar el balón rápido a cambio de agotarse más y más.
El rival de esta semana, el Extremadura, nos va a poner las cosas difíciles. Pero no hay reto complicado en el fútbol si no bonito. Este domingo debemos ir a tope, como siempre, para empezar esa deseada racha de resultados que cambien la inercia deportiva del equipo, y que las críticas sean en busca de la excelencia, olvidando por fin las excusas del tiempo.
Quiero aprovechar también estas líneas para desear que no caiga en olvido la magnífica propuesta del Enlace de la Afición y de la que, tras un incoherente e irracional ataque de un sector, el club está guardando más silencio de la cuenta. Tenemos que seguir aspirando continuamente a ser mejores y medidas como ésta lo favorecen.
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