Benzema por encima del resto

Publicado: 20/07/2020
El hombre que en plena madurez ha liderado con juego, estabilidad y goles al conjunto de Zinedine Zidane, especialmente en el acelerón final
La conquista del título de Liga por el Real Madrid ha terminado por prolongar la estancia en la cumbre de la figura del francés Karim Benzema, el hombre que en plena madurez ha liderado con juego, estabilidad y goles al conjunto de Zinedine Zidane, especialmente en el acelerón final. Benzema ha terminado el particular curso por encima del resto. Adaptado definitivamente a la idiosincrasia del proyecto blanco, ha acabado por alterar la opinión de sus críticos para almacenar elogios. A sus treinta y dos años el jugador de Lyon, que ha cumplido su undécima campaña en el Real Madrid, ha arrinconado la irregularidad que se le presumió en temporadas anteriores y el barullo que a veces generaba al margen de los terrenos de juego para plasmar el rendimiento requerido. Benzema ha dado un paso al frente. Este 'nueve' con alma de 'diez' ha jugado y ha hecho jugar para erigirse en el hombre de la Liga. No se ha escondido el francés, sospechoso muchas veces de aislarse en su propio mundo. El atacante blanco ha respondido esta vez a la llamada de su equipo, resignado al boquete dejado por Cristiano Ronaldo. No asumió la marcha del luso el Real Madrid el pasado año.

Pero sí en esta ocasión. Benzema ha intentado cubrir parte de ese espacio. En su undécimo curso como jugador del Real Madrid Benzema ha completado uno de sus mejores años con veintiún goles, su segunda campaña más productiva en Liga, solo superada por los veinticuatro que firmó en la temporada 2015-2016. El francés, que ha marcado a todos los equipos esta temporada excepto al Barcelona, Athletic, Osasuna, Getafe y Mallorca, ha apuntalado su determinación en estos once partidos tras el confinamiento, donde ha tenido una aportación decisiva. Con goles y con asistencias. En una competición habituada al mano a mano entre Cristiano y Messi, el resto quedaba en segundo plano. El argentino es aún el centro de los focos. El pasado año implantó su dictadura. Fue el alma azulgrana una vez más, aunque decayó respecto al pasado, presa del hundimiento de su equipo. Aún así, el rosarino ha marcado veinticinco goles, ha dado veinte asistencias y ha tirado del conjunto de Setién, al que ha mantenido en la puja por el título hasta la penúltima jornada. Mejor o peor nada puede con el embrujo de Messi, que lo condiciona todo.

Es tal la influencia del diez del Barcelona que sigue reconocido como el único con capacidad de condicionar un partido. No le bastó al conjunto azulgrana la aportación del máximo anotador del torneo por séptima vez, sometido por los vaivenes de la entidad y los bruscos giros dados por los responsables deportivos. No dio la sensación de que nadie de su club entendiera la ambición de Messi. No fue el caso de Benzema, secundado por el alto nivel de Sergio Ramos y del meta belga Thibaut Courtois. El central firmó uno de sus mejores años. Estable y fiable en defensa y eficaz también ante la puerta rival. Infalible desde el punto de penalti. Goles que han dado puntos clave en la consecución del título. El andaluz fue uno de los defensas de LaLiga. También el brasileño Felipe Monteiro, que ha cumplido con éxito su primer ejercicio en el Atlético Madrid. El veterano exjugador del Oporto asimiló pronto las exigencias de Diego Pablo Simeone. No tardó en hacer olvidar a Diego Godín, el alma de la zaga rojiblanca. Ha completado un gran curso Felipe igual que su compatriota Diego Carlos, la gran revelación en defensa de la competición. Casi un desconocido llegó procedente del Nantes en otra de las exitosas operaciones de Monchi en el Sevilla.

El sudamericano ha sido una garantía, un seguro para el cuadro de Julen Lopetegui. Thibaut Courtois convirtió la dupla en terna. El belga, el meta menos goleado del curso, se sumó al reinado que bajo la portería han acaparado en los tiempos recientes el esloveno Jan Oblak, el menos batido de las últimas campañas, y el alemán Marc Andre Ter Stegen. Sobresaliente campaña de Oblak, determinante siempre. En menor medida esta vez la del portero del Barcelona, especialmente en el tramo final. Courtois se ha puesto a la altura. La irrupción más relevante, por inesperada, es la de Marcos Llorente. Discreto en el arranque de la temporada, relegado a un lugar secundario en el plantel de Simeone, supo rentabilizar como nadie su oportunidad. El héroe de Anfield apareció para quedarse. Su técnico le buscó un hábitat que se desconocía. Como delantero. Y sobresalió. A la formidable puesta en escena física unió su puntería y determinación. El alto nivel proporcionado por el argentino Lucas Ocampos o el incombustible Jesús Navas resumen el alto rendimiento del Sevilla, con pasaporte para la próxima edición de la Liga de Campeones. En su primera temporada en el equipo andaluz, el jugador de Quilmes de 26 años ha mostrado un nivel y una eficacia que no descubrió ni el fútbol francés, en sus tres cursos en el Mónaco y cuatro del Marsella, ni en Italia (Génova y Milán). Tampoco en el River Plate, donde comenzó.

Ocampos va a cerrar el ejercicio con catorce goles. Más que nunca, en toda su carrera y en todos los equipos. Jesús Navas es ese viejo rockero que nunca muere. Asentado en la nueva posición de lateral sigue fijo en la derecha y con un panorama, a los 34 años, plagado de esplendor. El jugador de campo con más minutos en LaLiga, vuelve a ser tenido en cuenta para la selección. Igual que Santi Cazorla. El centrocampista del Villarreal fue una de las grandes noticias de la competición. Reclutado también para el equipo nacional en sus últimas citas ha sido básico en el despegue del submarino amarillo. Con 35 años ha anunciado ya su adiós. Su retiro al fútbol de Catar. Pero deja su sello de calidad y el premio a su voluntad después de ser sometido una y otra vez por las lesiones graves. Con Cazorla estuvo Gerard Moreno, que consolidó su condición de anotador. Clave para el conjunto de Javi Calleja, fue el mejor artillero español con dieciocho goles. Solo Messi y Benzemá marcaron más que él. La Real Sociedad fue la sensación hasta el parón por el coronavirus liderado por el noruego Martin Odegaard y Mikel Oyarzábal. El bajón de ambos tras el confinamiento ralentizó el progreso donostiarra. En el Athletic, Raúl García explotó como goleador. El navarro cubrió el espacio requerido por Aritz Aduriz y no falló. Con quince dianas a sus espaldas, nunca como este curso tuvo tanta puntería. 

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