La muerte de 71 personas, entre ellas diecinueve jugadores y todo el cuerpo técnico del Chapecoense, en uno de los accidentes aéreos más devastadores para el fútbol, ennegreció un año glorioso especialmente para Cristiano Ronaldo, contribuyente directo a la conquista de la primera Eurocopa para su país, Portugal, en Francia 2016, de la Undécima ' Champions' del Real Madrid, otra vez con el Atlético como víctima y del Mundial de Clubes, donde resultó determinante.
En la ristra de triunfadores del año que se cierra, sobresalió de nuevo el Sevilla, enaltecido por la Liga Europa, una competición que le sienta como un guante; Chile, que se apropió de la Copa América del Centenario que provocó las lágrimas y la frustración de Leo Messi y toda Argentina. Y Brasil, que enjuagó el maleficio de Maracaná con el primero oro olímpico de su historia en Río 2016.
La hoja de méritos del 2016 incluye al Atlético Nacional que se apropió de la Copa Libertadores. El equipo de Reinaldo Rueda pasó sin pena ni gloria por Japón, para disputar el Mundial de Clubes, afectado a buen seguro por la tragedia aérea que le tocó indirectamente y le llevó a solicitar, incluso, que fuera el Chapecoense el campeón de la Copa Sudamericana, a la que también aspiraba y que quedó marcada por esa final que nunca se jugó y que se quedó a medio camino de Medellín.
Fue el 2016 el año más feliz de Cristiano Ronaldo. Las primeras horas de las vacaciones navideñas aún contemplan las secuelas en el luso del esfuerzo en el estadio Internacional de Yokohama, donde el Real Madrid sufrió más de lo previsto para conquistar su quinto título mundial tras vencer en la prórroga al Kashima Antlers nipón.
Cristiano, que acaba de encontrar espacio a su cuarto Balón de Oro en su poblada vitrina de honores, busca hueco ahora para el trofeo como el mejor jugador del Mundialito, que hizo suyo a base de goles. Firmó un 'hat trick' en la final. Una cosa corriente.
Son estas las últimas dos grandes satisfacciones del luso, que jamás soñó con algo así.
Sobre todo da valor Ronaldo al éxito cosechado con su selección. A la Eurocopa lograda en Francia con Portugal, cuando menos contaba para ello. El conjunto luso se repuso a las adversidades y a la historia para lograr su primer gran trofeo. Ganó al conjunto local, a Francia, en una prórroga que el jugador del Real Madrid tuvo que contemplar desde la banda, lesionado y cojo. Fuera de los focos desde que cayó lesionado en la primera parte. Pero feliz como un niño tras el gol de Eder.
Cristiano Ronaldo había tenido que dejar el partido impotente. Entre lágrimas que recordaron a las que meses atrás inundaron las mejillas de Leo Messi el día que perdió la final de la Copa América Centenario contra Chile.
Messi, aún caliente por el nuevo revés encajado con su selección, decidió tirar la toalla y abandonar la camiseta albiazul. Determinación que después maduró y rectificó. Pero en ese momento, y después de fallar uno de los penaltis de la tanda decisiva, el mundo se le cayó encima. Otro fracaso con Argentina, que no termina de rentabilizar las posibilidades de una generación talentosa con el mejor futbolista del mundo como capitán y guía. Chile terminó campeón gracias al acierto desde los once metros en la final disputada en el Metlife Stadium de East Rutherford, en New Jersy.
El astro argentino no hacía mucho que había guiado a su equipo, el Barcelona, a un nuevo doblete. Aunque se quedó al margen de la final de la Liga de Campeones de Milán. El Giusseppe Meazza, igual que el estadio Da Luz de Lisboa dos años atrás, contempló una final madrileña.
Sergio Ramos marcó para el Real Madrid y el belga Yannick Ferreira Carrasco empató para el Atlético Madrid. El equipo de Zinedine Zidane, que en enero había asumido las riendas del primer plantel blanco, logró la 'undécima' en el lanzamiento de penaltis. Cristiano Ronaldo anotó el definitivo. Su imagen triunfal volvió a copar las portadas de los medios de comunicación del mundo
Una semana antes, el Sevilla consolidó su dominio en la Liga Europa, el otro torneo del Viejo Continente. El conjunto de Emery prolongó su idilio con esta competición y levantó su quinto título, el tercero consecutivo, después de derrotar al Liverpool (1-3) en Basilea. Lo hizo con una remontada épica que inició el francés Kevin Gameiro y culminó Coke. Antes, en la primera mitad, Sturridge había hecho soñar al Liverpool con un auténtico golazo.
Europa, sin embargo, había quedado asombrada por el impacto en la Premier del Leicester, que superó a los gigantes del fútbol inglés para hacer historia y lograr su primer gran éxito de la mano del técnico italiano Claudio Rainieri.
El Real Madrid y el Sevilla dominaron en Europa. El Atlético Nacional fue el amo de América. El club de Medellín se coronó campeón de la Copa Libertadores al ganar 1-0 al Independiente del Valle de Ecuador, en partido de vuelta de la final disputado en el estadio Atanasio Girardot.
El gol del equipo colombiano fue convertido a los ocho minutos por Miguel Angel Borja, la gran figura del cuadro cafetero en los choques decisivos de las rondas finales del certamen continental.
Los dirigidos por Reinaldo Rueda, exseleccionador de Ecuador, le dieron el segundo título de Libertadores al 'Rey de Copas' de Colombia tras el conquistado en 1989 e hicieron historia al sumar 33 puntos en esta edición imponiendo un nuevo récord para el certamen.
El triunfo de Atlético Nacional consolidó el dominio de los clubes colombianos en el continente,
No fue el único título obtenido por el Atlético Nacional, que al inicio del último mes del año fue otorgado con el premio Centenario al Fair Play por solicitar que el Chapecoense fuera proclamado campeón de la Copa Sudamericana tras la tragedia aérea de la que fue víctima.
El 2016 fue, además, un año olímpico. Río 2016 contempló el éxito de Brasil canceló su última deuda con el fútbol. El pentacampeón mundial ganó la medalla de oro Olímpica al vencer por penaltis a Alemania en la final disputada en el estadio Maracaná
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