A este Betis se le tiene y se le debe de exigir muchísimos más para lo que res ta de temporada, si no quiere verse abocado a una última jornada de infarto, nada recomendables si nos atenemos a las estadísticas más recientes.
Y es que si el espejo donde va a mirarse el cuadro bético, es el de los dos partidos jugados de manera sucesiva como local; desde luego las posibilidades de alcanzar la situación antes citada son más que probables.
Hasta en dos ocasiones, el conjunto de Merino ha tenido la oportunidad de aumentar las diferencias en la clasificación de Primera División y los resultados, que no se pueden calificar de nefastos; de seguro no son los más ideales, sobre todo el cosechado frente al Rayo Vallecano el pasado sábado.
Un Rubén Castro mortífero, esta vez, no fue bastante para paliar los graves conflictos que la defensa heliopolitana padece en cada partido cuando justo delante, ha de manejarse contra un ariete de cierto nivel. Se llame Carlos Castro o Manucho. Nada de otro mundo, pero sí suficiente para hacer daño.
Como consecuencia, la distancia del Betis con el Sporting de Gijón; equipo que en estos momentos, marca el límite del descenso, se ha reducido en dos puntos. Si antes era seis, ahora son cuatro. Y con casi un tercio por jugar.
Kadir, Montoya y Westermann siguen al margen
Tanto el mediocampista argelino, como el lateral, amén del central alemán, se han ejercitado al margen del resto de sus compañeros durante la sesión de este lunes bajo la supervisión del readaptador del equipo, Fran Molano; por un lado en el gimnasio y por otro sobre el césped, según ha información la web del club.
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