Como suele ocurrir en cualquier conversación entablada con los llamados ‘hombres de fútbol’, las respuestas a pinchazos deportivos como el del pasado viernes frente al San Roque de Lepe siempre se termina examinando con un “es cuestión de tiempo”.
El once titular se salvó por los pelos. Con un cinco raspado. Nada de florituras. Pero si la primera parte fue muy justa en conceptos de intensidad y actitud sobre el césped; la segunda mitad puede definirse como infame.
Un traspiés que sin duda ha vuelto a dejar a las claras que, si bien los refuerzos a priori, deben dar sus frutos a medida que la competición aproxime; todavía restan futbolistas que desde luego suban aún más el nivel del equipo en su vertiente titular y sobre todo, si el debate se centra en el fondo de armario de la plantilla verdiblanca.
Y así como en Coria del Río, Pepe Mel incidió una vez más en la necesidad de incorporaciones que eleven las prestaciones colectivas del conjunto bético: "El partido de Coria ya no me gustó. Os lo dije y me reafirmo. Necesitamos tener capacidad de desbordar por fuera. Seguimos sin tenerla y somos un equipo previsible. Los equipos previsibles son fáciles de defender y tendremos problemas seguro. Estamos a tiempo de solucionarlo y en ellos estamos”, aseguró ante los medios.
Así es que Macià y la dirección deportiva bética han de cerrar cuanto antes los fichajes que se demandan para no sufrir más de lo debido en una campaña en la que no se puede fallar.
Dura competencia por fichar a Osvaldo
Tal y como hace días dijo su propio agente, a Osvaldo la idea del Betis le gusta y desde luego, se puede decir que a día de hoy, la opción verdiblanca es la que más fuerza posee en la pelea por hacerse con los servicios del ariete argentino. No obstante, el jugador está cotizado y el delantero maneja varias propuestas encima de la mesa como la del Cruz Azul de México y la de Huracán en su país natal, que son suculentas.