El Valencia Basket estrenó su casillero de triunfos con una contundente victoria (87-58) ante el Gipuzcoa Basket, al que borró de la pista con una correosa defensa que el equipo vasco fue incapaz de afrontar.
El Valencia Basket saltó a la pista dispuesto a que no se le complicara el partido. Con una defensa asfixiante, ahogó a un Gipuzcoa Basket impotente y esa agresividad le bastó para abrir la primera brecha en el marcador (16-4 m.7).
Sito Alonso buscó un revulsivo en la intensidad de Raulzinho Neto y lo encontró. Su juego directo dio un recurso válido a los visitantes, especialmente porque a Oliver Lafayette le costó hacerse con la manija del juego local.
Sin embargo, la entrada en la pista de Justin Doellman dio a los locales la facilidad anotadora que necesitaban para dispararse en el marcador (29-10, m.12).
El despertar de David Doblas y Jason Robinson, que como Will Hanley regresaba a la Fonteta, evitó que los locales rompieran definitivamente el choque, pero al Valencia le bastó la aportación de Bojan Dubljevic para llegar al descanso con la victoria encarrilada (42-25, m.20).
El Gipuzcoa regresó a la pista más concentrado y un par de acciones de Ramsdell le hicieron soñar con complicarle el partido a los locales. Pero fue un espejismo y duró lo que tardó el Valencia en despertar de su corta siesta, subir su línea de presión y volver a ahogar al conjunto vasco (62-35, m.25).
Con el partido sentenciado, al Valencia le costó mantener ese esfuerzo defensivo, pero el rutinario intento del Gipuzcoa de maquillar su derrota se topó con el acierto en el tiro exterior de Dubljevic, que como 'cinco' abierto agujereó la defensa visitante, a lo que se unieron las penetraciones de Van Rossom (70-47, m. 30).
El último cuarto apenas tuvo historia. La seriedad de Romain Sato y Juanjo Triguero mantuvo cohesionada la defensa local y el conjunto donostiarra acabó por bajar los brazos y asumir, impotente, su novena derrota en la novena visita que ha realizado al Valencia en la ACB.
Tan plácida fue la victoria local que Velimir Perasovic pudo hacer debutar al joven base Pablo Pérez, que se estrenó en la ACB con 16 años y un descaro que cautivó a la Fonteta.
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