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Muy contentos, pero...

Los verdiblancos celebran un 9 de 12, mientras, la plantilla busca soluciones a la pérdida de control

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  • Paulao celebra su tanto -

Sumar 9 de 12 puntos, con un partido menos, y auparse en los puestos de privilegio no es para menos. La felicidad de Pepe Mel está más que justificada. No es el equipo, es que al técnico, con lo conseguido hasta la fecha bajo las herramientas de las que dispone, es para hacerle un monumento en lo más alto de la Palmera. Y no debido al despliegue de un gran juego, ni al control de los partidos, sino por obtener lo único que a la postre cuenta, puntos.


Suerte, casualidad, errores del contrario… Fuera lo que fuese lo cierto y verdad es que, en detrimento de los verdiblancos, no demuestran saber como controlar los choques cuando de verdad se cuecen habas.


En Bilbao se ganó, aparentemente con solvencia. Pero, con un 0-3 a favor, el Betis a punto estuvo de pifiarla. Por nada del mundo te pueden igualar un resultado de tal calibre, y mucho menos mostrando una surrealista relajación que iba encaminada hacia una derrota histórica. Dos chispazos dieron el triunfo final. El Rayo en el Villamarín fue mejor y a la victoria pocos peros se le pueden poner. En Valladolid, la suerte sonrió a los de Mel. Los de Pucela dominaron, crearon un buen fútbol y sino marcaron es porque de olfato arriba andan más bien escasos. Todavía, hay que dar gracias por ese bendito regalo del buen amigo Jaime. Y lo visto el sábado, nuevamente en el Benito Villamarín, responde a la dinámica acostumbrada. Un primer tiempo de asedio, control, incluso buen juego, pero no es suficiente para mantener en el zurrón los tres puntos merecidos durante los primeros 45 minutos. Al segundo tiempo la gasolina no llega y se teme en demasía por un resultado escaso.



Como diría el sabio. Si al final el resultado es el mismo, como si el rival estrella siete balones al palo cada partido. Pero la confianza a veces se revuelve sobre sí misma para dejar de ser una virtud. Más vale corregir los errores que esconden la euforia a tener que predecir que el saco terminará por romperse. 

 

Paulao, con un esguince, K.O. para al menos dos semanas

La peor noticia recibida tras la importantísima victoria del pasado sábado frente al Espanyol de Pochettino es la lesión que sufre el central del Betis Paulao.


El goleador del choque, siendo a la postre el que dejaría con su tanto los tres puntos en Heliópolis, tuvo que abandonar el terreno del juego instantes previos al término del primer periodo. Una dura entrada del centrocampista del Espanyol Wakaso dejó fuera de la contienda al defensa brasileño. Curiosamente, la falta del ghanés del conjunto catalán no fue ni señalizada por el colegiado, aunque en el segundo tiempo, el mismo protagonista de dicha acción, sería expulsado por Clos Gómez.


Según informaba tras el encuentro el propio jefe de los servicios médico del Betis, el doctor Tomás Calero, “Paulao sufre un esguince de tobillo, que lo normal es que sea de grado II. Está a falta de pruebas, pero lo normal es que se pierda los dos próximo partidos y es pronto para saber si alguno más porque hay que descartar algún problema de tipo óseo”. Es decir, una de las piedras angulares que tiene Mel sobre el césped cada fin de semana no podrá recibir el miércoles al Atlético de Madrid, ni viajará a la Costa del Sol para verse las caras con el Málaga. Malas noticias en una semana clave.

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