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Haaland, frente a España, obstáculo para la Eurocopa

La selección española ha quedado encuadrada en el grupo A, con Escocia, Noruega, Georgia y Chipre

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  • Juergen Klinsmann muestra el papel con el nombre de España. -

El recorrido de la selección española hacia la Eurocopa 2024 se topa con Erling Haaland, la gran sensación del fútbol actual, bandera de Noruega, un equipo nacional con reducida tradición en el alto nivel internacional que forma parte del grupo A con Escocia, Georgia y Chipre.

El conjunto que actualmente dirige Luis Enrique asume la condición de favorito ante unos adversarios aparentemente inferiores, al margen de forma habitual de las grandes citas. Un grupo asequible para España que necesitará hacer suya una de las dos primeras plazas para conseguir el billete hacia Alemania 2024.

España, semifinalista en la pasada Eurocopa y clasificada por segunda vez para la fase final de la Liga de Naciones, ya conoce su trayecto en la competición que abarcará desde el 25 de marzo al 21 de noviembre del 2023.

Dos conocidos habituales, Georgia y Chipre, Escocia y la emergente Noruega son los rivales de España en la fase de clasificación hacia el Campeonato de Europa.

Erling Haaland es la principal amenaza del conjunto español. No por el potencial en sí del equipo escandinavo que dirige Stale Solbakken sino por el efecto que genera el delantero del Manchester City, que logra goles con una facilidad pasmosa, sin precedentes en el fútbol actual.

No es Noruega un equipo con cartel ni tradición en los grandes acontecimientos internacionales. De hecho, solo tres veces ha disputado un Campeonato del Mundo, la última en Francia 1998. Y nunca ha atravesado los octavos de final.

En esta ocasión, el plantel escandinavo aspira a lograr el segundo billete hacia una Eurocopa en su historia. Solo lo consiguió en el año 2000, en la edición de Bélgica y los Países Bajos. Se estancó en la primera ronda. Excepto esa vez, siempre cayó en las rondas clasificatorias.

Pero la talentosa generación que posee ahora el fútbol noruego alienta el panorama internacional. Ahora o nunca para Noruega, apuntalado por el impacto del atacante del Manchester City y por el timón que maneja Martin Odegaard, exjugador del Real Madrid y ahora líder del Arsenal de Mikel Arteta y la madurez de Alexander Sorloth, atacante de la Real Sociedad.

Haaland, a sus veintidós años, ya está entre los máximos anotadores de la historia del fútbol noruego que también ha crecido a nivel de clubes. El Bodo/Glimt es un ejemplo. El reflejo de un equipo emergente, amenaza ya para cualquiera.

Escocia es otro de los adversarios de España que en el sorteo consiguió eludir a Inglaterra o Francia. El combinado que dirige Steve Clarke es un clásico del fútbol europeo aunque venido a menos en los últimos tiempos.

Ha vuelto a dejarse ver recientemente pero sin influencia en los momentos clave de los eventos. Los mejores momentos de la selección escocesa ya pasaron y en el siglo XXI apenas se ha dejado ver por Mundiales y Eurocopas. De hecho, no disputa un Campeonato del Mundo desde Francia 1998. No estará en Qatar 2022, la sexta fase final que se pierde el cuadro británico.

Presente en la pasada Eurocopa, no atravesó la primera ronda tal y como le ocurrió en Suecia 1992 e Inglaterra 1996, sus otras participaciones. Ahora, en la fase de clasificación que ya ha quedado configurada, suspira por una segunda plaza por la que piensa pujar con Noruega.

Los principales futbolistas de Escocia en la actualidad juegan la Premier. Y son defensas. Un dato significativo. Andrew Robertson, su capitán, está asentado en el Liverpool. También Kieran Tierney, en el Arsenal. Apoyados ahora por la irrupción del centrocampista Scott McTominay, del Manchester United, carece de pólvora para marcar diferencias. Che Adams, del Southampton, Ryan Fraser, del Newcastle son alguna de sus bazas.

La selección española vuelve a toparse con Georgia, un equipo que va a más de la mano del francés Willy Sagnol y ante la que sufrió el conjunto de Luis Enrique en los últimos enfrentamientos. Con el meta Giorgi Mamardashvili del Valencia, el centrocampista Giorgi Chakvetadze del Slovan y, sobre todo, el joven Khvicha Kvaratskhelia, del Nápoles, el conjunto georgiano está en crecimiento. Puede que no esté aún para contar como candidato al cartel de la fase final, pero puede dar un disgusto inesperado a cualquiera.

Nunca ha estado en fase final Georgia y tampoco Chipre, dirigida por el griego Nikolaos Kostenoglou y que parte como aparente comparsa en el quinteto. Resignada a su condición, sus futbolistas apenas tienen presencia en las grandes ligas. El cuadro chipriota, sin embargo, supone un mal recuerdo para España a la que ganó en la fase de clasificación, en 1998, por 3-2 y que marcó el final de la etapa de Javier Clemente como seleccionador. Fue una excepción. En el resto de enfrentamientos, nunca ha sido un problema para la roja.

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