Curioso Empedernido

Aquel retrato

Estaban llenos de alegría y optimismo, tal vez porque continuaban pendientes el uno del otro

Como decía aquel fandango “lloraba y contemplaba un retrato”. Era el de una mujer, se llama María y había sido y era el único y gran amor de su vida. Entonces, la pregunta era porque las lágrimas recorrían su rostro. Eran pura felicidad, continuaban amándose como si no hubieran transcurrido todos aquellos años, más de cuatro décadas.

Allí estaban, el uno frente al otro, pendientes de todos sus gestos y detalles, más enamorados que nunca , más decididos con sus años a llevar a cabo sus proyectos, de compartir sus creencias y sus sueños y poner en común sus aficiones y actitudes.

Estaban llenos de alegría y optimismo, tal vez porque continuaban pendientes el uno del otro y sentían en toda su plenitud, los colores, olores y sonidos de la vida, seguían  sorprendiéndose por lo que transcurría a su alrededor, gozaban con lo fácil y no se empecinaban en lo difícil.

Continuaban  queriéndose  y alimentaban su enamoramiento cada día, de manera distinta, como un regalo que se  hicieran mutuamente, con toda la generosidad, cuyo principal fin eraver al otro feliz y entonces sentían como si respiraran a pleno pulmón el aire más puro.

Mirando aquel retrato, pensaban que en cualquiermomento de sus vidas podían haber cambiado sus historias, pero siempre había ido el uno con el otro en busca de sus quereres, y cuando se habían encontrado en la disyuntiva de qué camino tomar, habían optado por ser generosos y procurar la felicidad del otro.

Cuando se miraban el uno al otro, se inspiraban y su dulzura y ternura lo invadía todo, sintiéndose pletóricos y felices y con mucha energía positiva, vitalistas y con un fuerte sentido de libertad, sin miedos ni rencores, dejando atrás los fantasmas y pasando página de los conflictos.

Aprovechaban lo que la vida les ofrecía, y ni eran ángeles ni se dedicaban a demonizar a todos los que tenían alrededor, y habían procurado evitar los tropezones y los traspiés, los pensamientos negativos,  las amistades peligrosas e intentando  contagiar su buen ánimo a todo los que le rodeaban.

Siempre encontraban las palabras adecuadas para agradarse mutuamente, sin renunciar en ningún momento a hacerse la vida mejor y más emocionante. Su amplio espíritu hacia que sus sueños pudieran hacerse realidad con más facilidad. Necesitaban poco para ser felices.

Sabían, en su complicidad, que no era lo mismo, aunque lo pareciera, decir adiós que  irse sin abrir la boca, ganar el futuro día adía que soñar con él , poder elegir entre diferentes opciones , que no tener otro camino que seguir que aquel que algunos querían dictarle.

En el juego de los contrastes, descubrían a diario que no es lo mismo escaparse de una prisión que darse una escapada, el ocio que el negocio, el no tener nada que decir que quedarnos sin palabras, tal vez porque cuando nos amamos  es tan importantelo que nos contamos como lo que nos callamos.

También mirando aquel retrato, se dieron cuenta que con el tiempo, casi nada estaba en su sitio, y que frente a los tópicos resultaba difícil luchar, porque es más cómodo dejarnos llevar que trabajar para cambiar las cosas, tal y como ellos habían hecho siempre.

Habían crecido y envejecido juntos y hoy al ver  el retrato y mirarse a los ojos, María y Juan, descubrían la excelencia de lo sublime, sin estridencias ni camuflajes, sin morir de éxito, ni aceptar irremediablemente el fracaso, sin huir de ellos mismos, porque, continuaban amándose.
 

 

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