Curioso Empedernido

No es tan fácil

Ni la excepción es la regla aunque la confirme, ni un grano hace granero aunque muchos sí

Nunca ha sido fácil, pero últimamente la cosa ha ido a peor. Nos referimos naturalmente a ese oficio que es comprometerte con tus ideas y dedicarte a los demás para intentar mejorar la sociedad,  en una palabra, que ahora parece que la hubieran maldecido en las profundidades de los mundos ocultos, la POLÍTICA.

Y es que contemplando la realidad, cualquiera podría afirmar, sin temer a equivocarse, que es un compromiso y una actividad no de grandes de corazón y generosos, sino de miserables. Nada más lejos de la realidad. Cierto es que como en cualquier cometido humano, hay quienes con su sola presencia la denigran y no son ningún ejemplo.

Ni la excepción es la regla aunque la confirme, ni un grano hace granero aunque muchos sí. Con frecuencia y en la fauna política, nos encontramos a ese tipo de personaje, que no es capaz de escuchar ni controlar sus emociones, que salta en cuanto lo tocan y cuyo trato resulta insufrible e insoportable.

O aquellos otros que están todo el día, no pensando en cuales pueden ser las soluciones a nuestros problemas, que al fin y el postre somos quienes les votamos y les pagamos, sino que se pasan la vida posando, y son incapaces de controlar su ansiedad  de convertirse en medíopatas.

Necesitan ocupar las cabeceras  de los informativos y las portadas de los periódicos, aunque sean para lo peor de lo peor. Ante la necesidad psicopatológica  de ser foco de atención, son capaces de hacer cualquier cosa, incluso convertirse en aliados o cómplices de los más indeseables.

No es tan fácil como algunos se creen, dedicarse al servicio de la Comunidad, y resulta complicado hacerlo sin perder el equilibrio, sin pensar que en cuanto tenemos el poder, el mundo gira alrededor nuestro, lo que digamos nosotros va a misa y somos capaces de manipular el lenguaje y convertir cualquier anécdota en categoría.

También entre lo contradictorio, lo anecdótico, lo paradójico y la perplejidad, nos alejamos de las razones y nos dejamos dominar por las emociones,  y en ese estado entre la  rabia y la  indignación convertimos posibles aliados en adversarios, y caemos en el error de culpabilizar a los demás de nuestras propias torpezas.

Hemos de tener mucho cuidado en no picar el anzuelo, lo que en la actualidad no resulta difícil, entre la presión mediática y las de las redes sociales, entre mediocres y manipuladores espolvoreando calumnias y mentiras,  pero cuando somos serios , coherentes y rigurosos, el fruto se recoge aunque haya que esperar más tiempo.

Resulta fundamental en el ejercicio de la POLÍTICA, predicar con el ejemplo,  y por tanto la pedagogía desde el ejercicio del poder, y someterse al escrutinio de quienes desde una  óptica distinta a la tuya, te exijan explicaciones y aclaraciones.

Creernos que hemos sido los primeros en hallar las soluciones a muchos de los problemas que padecemos,  nos debemos colocar en una situación  de autocrítica y humildad,  reconociendo nuestras equivocaciones, asumiendo  nuestros errores  y no transformándonos ni en corruptos ni en inquisidores.

Podemos y quizás debemos ser originales sin dejar de ser eficaces, ni convertirnos en inútiles excéntricos, no dejar nunca de mirar hacia adelante y avanzar, quedándonos anclados en aquellos viejos éxitos que conseguimos en un tiempo pasado, pero que ahora no son solución para nada, pero sobre todo no cometamos nunca la torpeza de regañar a terceros o querer matar a los mensajeros ante nuestras repetidas incompetencias.

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