El pasado martes, dentro del programa de actividades del 25 aniversario de nuestra querida Universidad de Jaén, participé del acto de reconocimiento a empresas y entidades externas, con el que la universidad quería distinguir a casi 200 entidades como acompañantes de su andadura.
Reconozco que me sentí afortunado de poder recoger ese galardón, más por poder estar alineado con tanta empresa amiga y referente en la provincia, que por los méritos que pudiese tener la mía, que, por cierto, también acaba de cumplir los 25 años.
Ese mismo día, por la tarde, tuve el honor de participar en una mesa redonda acerca de las experiencias de colaboración entre la universidad y la empresa, y pude extraer ideas, conceptos, y problemas que se expusieron en la misma, y que entiendo que son de muy difícil solución a no ser que se invierta un gran esfuerzo en muchos sentidos.
Por un lado, una universidad con 5 facultades, más de 13.000 estudiantes de grado, más de 1400 estudiantes de másteres, y 550 estudiantes de doctorado no puede ser fácil del gestionar. Con una oferta de 38 grados, y 8 dobles grados.
Por otro lado, un tejido empresarial atomizado, con más de 34.000 empresas de las cuales, 22.000 son autónomos, y apenas un 1% son grandes empresas.
Por último, una sociedad cambiante, donde no paran de aparecer necesidades y aspectos inexistentes hace apenas tres o cuatro años. Se dice (sin fuentes aparentes) que el 65% de los estudiantes ejercerán trabajos que todavía no existen. Conceptos como Economía colaborativa, “Big Data”, “Blockchain”, Transhumanismo, Arquitectura autónoma, el “edge computing”, son ejemplos entre cientos, y no facilitan una elaboración de contenidos rápida y consistente.
El objetivo final es orientar los programas formativos a la necesidad real de nuestra provincia, la consecución del empleo al final de los estudios por parte de los alumnos, y su enraizamiento, junto con el de las empresas y el empleo, a nuestra provincia.
Sin lugar a dudas es necesario un esfuerzo presupuestario en nuestra Universidad para poder crear un equipo de trabajo que estudie el tejido empresarial de nuestra provincia, y ponga a su disposición, de forma clara y sectorizada las innumerables herramientas de que dispone.
Por supuesto, también es necesario un compromiso real y sostenido de las empresas giennenses por abrazar a su universidad, y aprovechar sus recursos y como no, la juventud que en ella se forma, para reinvertir en nuestra provincia todos los esfuerzos.
Nuestra universidad genera talento de sobra, diseñémoslo a nuestra medida.
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