Aprendamos a valorar de una vez por todas lo que tenemos. El estar en compañía de las personas queridas, el poder disfrutar cada día de nuestras playas, el poder que tiene una sonrisa o un simple beso de buenos días. A todo el mundo parece que el confinamiento le ha cambiado, pero la verdad no es esa. La verdad es la que vemos diariamente en las calles. Y no pido que la gente no salga a la calle, porque yo soy la primera que lo estoy haciendo. Estoy pidiendo conciencia, responsabilidad y respeto. Conciencia para que no tengamos que volver a vivir la crisis sanitaria que hemos vivido, responsabilidad por parte de cada individuo sabiendo lo que se puede hacer y lo que no y respeto, por todas las vidas que este maldito virus se ha llevado, por todos los sanitarios que han estado a pie de cañón y por todas las familias que se han quedado sin trabajo. De esta salimos todos juntos, paso a paso. Cumpliendo las medidas. Pero de nada vale si llega el fin de semana y las temperaturas altas y la estampa en las playas es la misma que todos los años, una sombrilla encima de la otra. Si no se puede ir allí, cambiemos la zona. Por suerte en Huelva tenemos kilómetros de playas con encanto. Vamos a disfrutar siendo responsables. Por desgracia luchamos contra algo invisible que no vemos, pero que él, si nos ve, no se va a pensar dos segundos en atacarnos.
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